
Pedro Riaguas, de negro, posa con el regalo y los alumnos




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Sorprendido por Ippon
23 de Diciembre de 2014
No les gustan las sorpresas, no le gusta deja casi nada al azar. Todos sus combates están perfectamente estudiados de antemano. Pues bien: "Si no querías taza, dos tazones llenos". Y es que Pedro Riaguas recibió en su cuerpo un Ippon en toda regla, como si de un combate de judo se tratara, con la sorpresa que le prepararon sus alumnos por sus 30 años en el tatami.
"Los pequeños me están preparando algo", decía a sus más cercanos a lo que, en principio, iba a ser la cena de club de todos los años. Lo que no se imaginaba es que más de cien personas de todas las generaciones que uno se pueda imaginar se dieron cita en el restaurante La Palloza con un único objetivo, acompañar y abrazar a Pedro.
Por eso no es de extrañar que todo un cinturón negro séptimo dan llorara desconsoladamente cuando eso grupo de amigos le recibían en la puerta. Incluso se planteó salir huyendo pero Felipe y Paco se encargaron de "empujarle" al medio del tatami para un combate que estaba condenado a perder sí o sí.
Besos, abrazos, risas, lágrimas y mil y un gesto para demostrar lo mucho que se le admira al bravo profesor. Además, esos pequeños que "tramaban algo" decoraron el local con las frases más conocidas del repertorio de Pedro. Frases que también han pasado de generación en generación, junto con los conocimientos del profesor. También hubo regalos, con espectacular foto hecha con más de 400 fotos que bien podrían ser el resumen del judo vallisoletano. Un obsequio que a buen seguro tendrá un lugar preferente en el domicilio de los Riaguas.
Luego llegó el turno de la cena, de los discursos, de más lágrimas y de la fiesta que se prolongó hasta bien entrada la madrugada. Por un vez a Pedro no le importó que la luz del 'gimnasio' siguiera encendida o que el último tardara en salir del vestuario. Por esta vez el profesor fue "inmovilizado" y la llave fue un Ippon perfecto.