Los campeones y finalistas en el podio.
Los campeones y finalistas en el podio.
Los campeones y finalistas en el podio.
Kevin Dahling, único alevín de la competición.
Ismael del Valle durante su ejercicio.
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Rubén Orihuela revalida el título en un deporte totalmente minoritario

El valenciano Rubén Orihuela volvió a subirse a lo más alto del cajón en el segundo ‘Campeonato de España Mapfre Individual Masculino de Gimnasia Rítmica’, que se disputó durante la tarde del viernes en el pabellón Pisuerga. Los otros dos sénior que lo acompañaron fueron el andaluz José Antonio Sánchez y el canario Cristofer Benítez. Por su parte, Ismael del Valle se llevó el triunfo en la categoría junior, seguido por Sergio Villalba y Héctor Quintana, todos ellos de la Comunidad Valenciana.


El ambiente que se respiró durante la tarde del viernes en el polideportivo fue de fiesta, ilusión, colorido y mucha competición. La mayoría de los participantes se conocen de otras competiciones porque los hombres que tienen el valor de enfundarse en una malla prácticamente integral y demostrar que ellos también saben dominar los ejercicios de cuerda, aro, pelota y mazas son muy pocos. Tan pocos que en este Campeonato de España tan sólo participaron 15 gimnastas, frente a las 1.135 niñas que competirán en el mismo recinto durante el sábado y el domingo.


La culpa de que la gimnasia rítmica masculina tenga tan poca aceptación viene de muy atrás. Siempre se le ha considerado un deporte exclusivamente femenino, y ahora, que se intenta abrir –muy lentamente- a los hombres, existe un cierto rechazo de la sociedad. El qué dirán sigue cerrando puertas. Muestra de este pequeño aperturismo es que el año pasado, se celebró en Gijón el primer Campeonato Nacional y la gimnasia rítmica masculina está federada en España, algo que no ocurre en ningún otro país, salvo en Japón donde los varones pueden practicar un deporte muy parecido a la rítmica femenina. Por el resto, aún le queda mucho por crecer, empezando por crear un reglamento propio y no regirse como hasta el momento con el manual de las féminas.


Vivina Aranda, Raquel Fuertes y Marisa Correcher, que son las tres entrenadoras del club Sedaví y del campeón Rubén Orihuela, desvelaron que la competición de los hombres siempre es la última. “Tenían que haber disputado este campeonato hace meses, en febrero, pero lo van retrasando hasta que les parece”. En cuanto a las diferencias con las mujeres, las preparadoras comentan que unos y otros entrenan las mismas horas y ejercicios, pero por el físico, la gimnasia masculina “es más espectacular porque se ve más potencia de salto y los lanzamientos de aparatos adquieren mayor fuerza”. Las chicas, en cambio, “son más flexibles por norma general y hoy por hoy su gimnasia es más bonita al llevar mucho tiempo de ventaja”.


De entre las 40 alumnas a las que entrenan, Rubén es el único chico. Y ayer, como casi  siempre, volvió a dejar el nombre de su club muy alto. “Sinceramente, no tiene rival. Hay gimnastas que están ascendiendo mucho pero él ha sido pionero, ningún chico practicaba este deporte cuando empezó”, comentan de su discípulo.


Una vida ligado a la Rítmica


En gimnasia rítmica, Rubén Orihuela es el Messi del fútbol. Ya no sólo por las numerosas fans a las que tuvo que atender –entre autógrafos y fotos- después de su actuación, sino porque cuando sale al tapiz todo el público sabe que va a presenciar una actuación diferente. Empezó en el mundo de la rítmica con 9 años y no porque le viniera de familia, sino porque le gustaba lo que hacían sus compañeras del colegio.


La decisión de Rubén no gustó, en un principio, a su familia. “Nunca me lo han negado, pero no les hacía gracia por el qué dirán. Se complica además si vives en un pueblo”, comenta el gimnasta. A partir de ahí, el camino tampoco fue fácil porque cuando empezó era el único chico a nivel federado y tuvo “que ir abriendo las puertas constantemente”. Aún así, consiguió el apoyo de su familia y sus amigos para hacer lo que siempre ha querido. “La gimnasia rítmica me aporta todo, es mi vida y todo lo que hago en ella se ve reflejado aquí”.


Durante los primeros años en los que no había competiciones de chicos comenzó dando exhibiciones. Poco a poco fue compitiendo en algún open, trofeos, provinciales y regionales, hasta llegar al primer nacional en el 2009. Campeonato que ganó y volvió a revalidar ayer. Al año participa en alrededor de siete competiciones.


Ahora, con 23 años le cuesta más sacar tiempo para sus ejercicios. Revela que este campeonato lo ha preparado en un tiempo récord, “una semana y media”, frente a los varios meses de trabajo que les ha llevado a sus compañeros de afición. Cuando deje de competir tiene claro a lo que quiere seguir dedicándose. “Continuaré dando clases de gimnasia rítmica como hago ahora”. De momento, entrena a unos 65 alumnos, con algún chico incluido. Su sueño está un poco más complicado de lograr. “Todo deportista desea competir en unas Olimpiadas. Yo sé que no será posible, pero quizá me dé tiempo a ir como entrenador”. Hasta que este momento llegue aún le queda tiempo de dejar su nombre en un listón más alto.