Fotos: Mariano González
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La gimnasia reina en Pisuerga
6 de Julio de 2014
Pisuerga ha respirado gimnasia toda la semana con la celebración del Campeonato de España individual y selecciones autonómicas y el Nacional de gimnasia base femenina, que han resultado un éxito de participación con más de mil gimnastas y de público.
Aunque las competiciones se han celebrado desde el día 1 el punto álgido fue el sábado, cuando el público y el resto de participantes pudieron ver a los miembros de la Selección -incluso había una firma de autógrafos y fotos- y disfrutar de los mejores sobre el tapiz.
Rubén López, del equipo catalán CG Sant Boi, se impuso con una nota de 86,250 -la suma de todos los ejercicios de suelo, potro, anillas, salto, paralelas y barras- en la clasificación general a Rayderley Miguel Zapata, de Isla de Lanzarote, con un 81,217, y a Isaac Botella, del madrileño San Blas, von 81,167. En el número diez de la clasificación se encuentra el palentino Tanais González, con 68,317.
Entre las chicas Roxana Daniela Popa, del equipo Los Cantos Alcorcon fue la primera clasificada campeona de España, con una nota de 57,450, por delante de María Paula Vargas, del Club Gimnástico Las Rozas, con 54,00 y Cintia Rodríguez, del balear Xelska, con 53,017.
Respecto a las selecciones, la catalana fue la primera con los campeones Rubén López (nivel 10), Javier Hinojosa (nivel 9) y Thierno Boubacar. La segunda fue la madrileña, con Isacc Botella, Gonzalo Alba y Nabil El Aoual y tercera, la balear, con Adrián Vera, Julián Pérez y Sebastián Llodra.
El buen ambiente ha reinado en el polideportivo, además de por los gimnastas participantes, por unas gradas llenas de familiares que aplaudían cada ejercicio, con el móvl en una mano y la cámara de fotos en la otra, a pesar de que muchos compraban las bonitas fotos profesionales que se vendían en un puesto. Uniformados con camisetas de colores por grupos para ir bien identificados, animaban sentados junto a pancartas con el nombre de los clubes o de algunas chicas. Las banderas de todas las comunidades en el techo y los puestos para comprar los maillots de licra brillantes ponían la nota de color a un pabellón repleto.