Hay deportes… y futbol

Lo que marca la edad provecta es hacer pasar unos días de reflexión antes de calificar unos hechos que ponen en entredicho el futuro deportivo de la ciudad y dañaran en lo económico a sectores del comercio y hostelería
Era fácil, a principio de semana, reflexionar sobre los éxitos de los deportes minoritarios comparándolos con el fracaso repetido del futbol. También era fácil esperar que el máximo mandatario del Real Valladolid entonara un mínimo “mea culpa” en vez de maniobrar contra el hasta ahora máximo responsable del Ayuntamiento. 
Analicemos el fin de semana de luces y sombras: 
El Recoletas Atlético Valladolid Balonmano festejó con su victoria frente al Granollers la permanencia en la Liga Plenitude ASOBAL tras sufrir de lo lindo en una temporada en la que muchos daban/dábamos por perdida la categoría. Con el ánimo de llenar Huerta del Rey ofertaron a socios y publico en general la posibilidad del asistir al encuentro por muy poco dinero.
En Pepe Rojo el VRAC Quesos Entrepinares se imponía al Recoletas Burgos en la Final de la División de Honor 2022/2023. Fuerza, técnica, táctica, entrega, pundonor, todo lo que se puede esperar de un partido de rugby lo derrocharon durante 100 minutos los dos contendientes. Espectáculo en el campo y en las gradas que se llenaron de un público que se mezcló para animar sin parar a sus equipos en un ejemplo de lo que debe ser el comportamiento en un espectáculo deportivo de máxima tensión regional. Al final el resultado fue casi lo de menos, es fácil decir que se impuso la veteranía, el oficio, la costumbre de los grandes encuentros. Se impusieron los de casa, pero Burgos tuvo durante mucho tiempo el título en sus manos.
Al tiempo que el rugby y el balonmano cerraban sus temporadas, los de Paco García lograban en Lérida dar por terminada la fase de cuartos de final de su camino a la ACB y lograr el ansiado puesto en la final a cuatro que se celebrará en Burgos los días 17 y 18 de junio. También es justo decir que no todo el mundo confiaba en que las ardillas finiquitaran en 4 partidos la fase evitando un quinto partido en Pisuerga.
Muy pocos se habrán enterado de que Club Deportivo la Victoria volvió a dominar el Campeonato Autonómico Promesas de gimnasia rítmica Individual y conjuntos, como de el esfuerzo de tantos equipos que durante el mismo fin de semana se entregaban con todas sus ganas intentando ganar, pero sobre todo hacer deporte. La pelota mano cerraba su temporada de edad escolar en Pedrajas, los cortados de Cabezón se llenaban de atletas emulando a la Teniente O´Neil, el paseo central del Campo Grande se volvía a llenar de niños rindiendo un postrer homenaje a Pepe Moratinos como a él más le habría gustado: jugando al minibasket…
Pero todo se diluye como un azucarillo ante el hecho de que el Real Valladolid no consiguió en 90 minutos meter un gol en la portería del Getafe que le habría salvado del descenso. Un mínimo análisis estadístico hace llevar a la conclusión de que si no lanzas ningún balón entre palos difícil es meter un gol, el gol salvador. 
Al final lloros en Zorrilla una vez más. ¿Sinceros? Sí, los de la afición que vio a su Real Valladolid abocado al infierno de segunda y los de los jugadores, incapaces durante toda la temporada de mantener la categoría e incapaces de mantener sus sueldos que se verán muy mermados en la categoría de plata.
Todas las miradas se dirigían al palco, como la gente usa kleenex ya no hay pañoladas. El propietario, -o representante de los propietarios, o lo que sea- del club no tuvo más remedio que dar la cara (no es demasiado amigo de declaraciones) y siguiendo las teorías reinantes en el mundo de la comunicación, la mejor manera de que no se hable de un fracaso es generar una polémica. Esta vez le tocó a Oscar Puente, él es el culpable de todo. Cómo si no tuviera suficiente con lo suyo