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Cuatro vallisoletanos completan el Desafío de las Islas Cíes

2 de Septiembre de 2013

La historia de este evento nace como tantos, con un grupo de amigos apasionados de la natación en este caso y encabezados por Ricardo Martínez Abril -alma mater de lo que es actualmente la prueba-, que deciden para su propia diversión intentar nadar la distancia que va desde la playa de Rodas en las Islas Cíes hasta la playa del Vao en Vigo. El éxito de su empresa, unido a la belleza del entorno en el que se desarrolla, hace que decidan repetirla en años sucesivos y que, cada vez más amigos, compañeros y conocidos amantes de la natación decidan unirse a este bonito reto.


Así, con el crecimiento del éxito, este grupo de amigos ha acabado saliendo del agua, para sin más motivación que promocionar y compartir un deporte que les encanta, poner los medios para que otros muchos menos duchos que ellos puedan cumplir un sueño o una aventura. Para ello, ponen a disposición de los participantes un despliegue de medios y voluntarios a la altura de la mejor de las organizaciones.


Y en estas que los cuatro vallisoletanos se embarcaron en el ferry que la organización pone a disposición de nadadores y acompañantes, rumbo a las islas, con muchos nervios -unos más que otros-, y el habitual nudo en el estomago que produce el vaivén del barco. 


Las salidas serian en cuatro grupos según los tiempos que cada nadador hubiese indicado al hacer su inscripción, lo que hacía que César fuese en el 2º grupo -tercera salida a las 10:40 horas-, mientras que el resto lo hicieran en el 3º grupo, segunda salida a las 10:20. Al tratarse de una prueba no competitiva se buscaba hacer los grupos homogéneos para que se disgregasen lo menos posible.


La salida en todos los grupos fue puntual y tranquila, como no podía ser de otro modo en una prueba no competitiva y con el respeto que una distancia así infunde. Los protagonistas reconocen que "el agua estaba realmente fría", y en esas la suerte de los cuatro fue relativamente dispar.


César aguantó lo que pudo en la zona cabecera de su grupo pero terminó descolgándose y haciendo una gran parte del trayecto en solitario, lo que endureció si cabe más el día, aunque guiado en todo momento por un piragüista. Rubén se vio más afectado por el frio del agua, lo que le hizo perder al igual que Cesar momentáneamente la zona cabecera de su grupo y, a pesar de recuperar, siguió finalmente la recomendación de su piragüista de dejarse alcanzar por la grupeta siguiente que en este caso venia cerca, para no pasar tanto tiempo en solitario. Y finalmente Ángel  y Nacho nadaron codo con codo durante los 10kms que les separaban de la playa del  Vao.


Los cuatro llegaron, con un recibimiento espectacular, con montones de gente dentro del agua aplaudiendo. El público casi no les deja ni ver el arco de meta, que en este caso sería una mera referencia visual, ya que los vallisoletanos prefirieron quedarse con el abrazo de sus familiares y amigos.