Galvez castiga duramente la mandíbula de Toñín FOTOS: Mariano González
Galvez castiga duramente la mandíbula de Toñín FOTOS: Mariano González
Galvez castiga duramente la mandíbula de Toñín FOTOS: Mariano González
Miguelón sufrió para derrotar a Riga
Leandor y Moré pusieron dificil la decisión de los jueces
Toñín siempre dando muestras de su clase y su pegada
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Boxeo de alta cocina

12 de Septiembre de 2014
Escrito por
Guillermo Sanz
Con los fuegos artificiales el boxeo volvió a sonar en Valladolid. La Sidrería Lur acogió una velada de boxeo tan inusual, por el escenario, como completa por el contenido. Monólogos, degustación de canapés y música fueron el aderezo a cinco combates en el que los púgiles propusieron sus mejores especias y pusieron toda la carne en el asador. 


La velada arrancó con Isaac Olmedo, del Sport Valladolid, y Álvaro Tovar, del CDO, sobre el cuadrilátero. Olmedo comenzó con fuerza mientras Isaac esperaba paciente el fallo de su rival para preparar su ataque. En el segundo asalto Isaac salió como un torbellino para poner color a un combate gris en que las guardias muy cerradas marcaban la tónica. Álvaro, más rápido a la salida del clinch que el púgil de Sport, terminó llevándose el combate a su terreno gracias a los puntos. 


El segundo plato del menú le sirvieron Julio Aguado, del Club Diablo, y Aarón Rueda, del club Boxeo Valladolid. Ambos firmaron un combate de valientes, con la intención de los púgiles repartida sobre la lona. Aaron supo reponerse al buen inicio de Julio y dejó tocado a su rival al final del segundo round. Con dos cuentas de ocho, la balanza se había decantado del lado de Aarón a base de potencia y experiencia, proclamándose campeón por puntos por unanimidad. 


El ecuador de la velada llegó con la entrada en escena de Leandro, del New School Fighter, y Fernando Moré, del Club Boxeo Valladolid. Ambos firmaron un combate de raza y alternancias en el que los momentos de tanteo del rival terminaron pronto. Fernando mostró un boxeo más estratégico que el ecuatoriano. Paciente, el púgil del Club Boxeo Valladolid, esperaba en fallo de Leandro, con un estilo mucho más directo, buscando la cara y el costado de su rival e intentando acorralar a su rival contra las cuerdas. La decisión dividida de los jueces del combate dieron la victoria al integrante de New School Fighter. 


Lo mejor aún estaba por llegar. Para servir el plato fuerte Antonio Iglesias, Toñín, saltó al cuadrilátero. Enfrente estaba Manuel Gálvez, del club Tinín de Madrid. Toñín cocinó un combate de alta cocina, con buena guardia y mejor ataque; dejando a Gálvez con la primera cuenta de ocho en el primer asalto. Toñín mostró su boxeo rápido y certero, encontrando siempre un hueco en la guardia de su rival para castigarle. Ninguno de los dos daba un paso atrás. Un espectáculo bien aderezado en el que a Gálvez le faltó fuelle para poner un poco de pimienta en los instantes finales. 


El último combate lo firmaron Miguel Cuadrado, del Club Boxeo Valladolid, y José Ramón Fernández, Riga, del Tíbet Asturias, que después de conseguir el bronce en el Campeonato de España disputaba en Valladolid su último combate antes de dar el salto al profesionalismo. Ambos dispusieron una pelea de boxeo fino. Miguelón dio la talla guardando bien las distancias y mostrando su rapidez en el golpeo ante un rival físicamente bien entrenado que no se repuso hasta que la campana marcó el inicio del segundo asalto. A partir de ahí el asturiano llevó el peso del combate, buscando con ganchos la tregua que la guardia de Miguel no le daba. En el último asalto ambos púgiles dieron el todo por el todo, un intercambio de intenciones que terminó decidiéndose a los puntos donde, con decisión dividida y controvertida, el pucelano se llevó el combate que cerraba, hasta el año que viene, el Trofeo de Ferias Alfredo García.