Andrea Lázaro comete menos errores
Nervios, nervios y más nervios. Una sensación presente en todas las finales, ya los participantes hayan disputado miles o sea su primera incursión en ellas. Algo de lo que no estuvo exento el último choque del XVI Tornero Internacional de Tenis Femenino Ciudad de Valladolid.
Sobre la pista rápida dos de las jugadoras que mejor tenis habían disputado durante todo el torneo; la española Andrea Lázaro y la italiana Camilla Rosatello. La primera se había deshecho de la gran favorita Tatiana Bua, mientras que la transalpina de 16 años llevaba un campeonato impoluto demostrando unas tablas dignas de las mejores tenistas.
Rosatello quiso imprimir un alto ritmo desde los primeros golpes buscando las líneas, mientras que Lázaro aguantaba como podía el temporal. Los nervios aparecieron pronto en ambas tenistas y, visto lo visto, intentaron dominar el juego desde el fondo de la pista. Con el 2-2 en el marcador, la jugadora transalpina decidió dar un paso adelante en su juego y se metió más en la pista con grandes golpes de revés a dos manos.
Andrea se defendía solamente con su servicio y mantenía las tablas en el marcador. En esa alternancia de juegos, la española tuvo la suerte de su lado, y con el 4-3 y saque de Rosatello se propuso dar el primer giro al encuentro.
Sin quererlo se vio con un claro 15-40 a su favor, y con un error no forzado de Camilla se puso en franquía para hacerse con el primer set. La española no desaprovechó su servicio y se apuntó la primera manga (6-3).
La tenista italiana no fue capaz de borrar de su mente los errores anteriores, y en el primer juego de la segunda manga vio cómo Lázaro la rompía el saque. La española continuó su juego desde el fondo intentando mover a Rosatello por toda la pista y se marchó en el marcador (3-0).
Cuando todo pintaba a favor de la tenista española, los nervios entraron en juego. El brazo de Andrea se empezó a encoger y Rosatello lo aprovechó para voltear el marcador (3-4). Andrea no era capaz de entender el por qué de la situación y gritaba desesperada hacia la grada buscando alguna solución. Sus primeros no entraban, sus derechas no tenían profundidad y todos sus golpes de quedaban a mitad de pista dejando en bandeja de plata a su rival el punto. El segundo set tenía claro color italiano y, al final, se decantó del lado de Camilla por 3-6.
Se entraba en la manga definitiva. Ambas jugadoras debían olvidar los nervios y errores pasados y visualizar el torneo. Andrea Lázaro empezó con fuerza y se llevó el primer punto sin apenas oposición por parte de Rosatello. Una italiana que había desaparecido de la final poco a poco.
Los puntos fueron cayendo del lado español y la ventaja iba siendo cada vez más amplia. Lázaro rompía una y otra vez el servicio de la italiana y el marcador se disparó (4-0). Era el momento para que la joven Camilla sacara todo el tenis que llevaba dentro, pero no iba a ser el día. Rosatello empezó a ser más agresiva, mientras que Lázaro esperaba el error de su rival desde el fondo de la pista.
En la cabeza de Andrea Lázaro aún perduraban las imágenes de la segunda manga, cuando desaprovechó una ventaja similar, pero esta vez la historia no se iba a redactar de igual manera. La española dominó su juego y se puso con un claro 5-0.
El último juego fue un mérito trámite, con algún que otro zarpazo de la transalpina, y Lázaro se hizo con el triunfo (6-3, 3-6, 6-0) en el XVI Torneo Internacional de Tenis Femenino Ciudad de Valladolid Open de Castilla y León. Al término del mismo, Andrea analizaba la final como "nerviosa" por las dos partes. Lázaro señalaba que había "bajado la intensidad en el segundo set, pero que en el tercero he intentado olvidar todo y empezar de cero".