Aldo Rodriguez, implacable

Aldo Rodríguez, recala en Cerdeña a echar una mano a su cuñado y se convierte en el ídolo de los deportes de contacto italianos. Esta frase a un lector más o menos avispado le da para muchas interpretaciones: sobre el desarrollo de la actividad en Italia,  sobre la calidad de Aldo, sobre su entrega como deportista… Indagando un poco todo hace ver que el éxito de Aldo es absolutamente merecido y si en España no llegó a más es por que toco techo deportivo, pero si cabía alguna duda Aldo se encargó de despejarla el pasado sábado en la velada que se celebró en el recinto ferial de Iscar. Cinco peleadores portugueses se enfrentaban a otros cinco de Castilla y León; de los cinco combates cuatro fueron favorables para los castellano leoneses (tresde ellos por KO ténico).

En 1º combate Kick Boxing amateur -68kg Camilo Arias de CyL pierde por puntos contra Joao Azavedo de Portugal. En el 2º combate k1 amateur-78kg, Pablo Yáñez de CyL gana por ko en el 3er asalto a Paulo Carvalho de Portugal. En el 3º de 63 kg Tito Macías de CyL gana por puntos a Joao Dias Ribeiro de Portugal. Marcelo González fulminó en el 4º combate al luso Bruno Borges tras aplicarle una patada en el temporal y en el occipital al mismo tiempo que a más de uno de los allí presentes nos hizo pensar en la separación permanente. Aunque el pundonor del portugués le obligaba a balbucir que estaba bien y que quería seguir, la decisión arbitral fue acertadísima al dar el combate por concluido.

Descanso deportivo, intervención musical y lo esperado, el combate de muay thai profesional entre Aldo Rodríguez, el peleador de casa y el portugués Alberto Morais. Ya en los corrillos de entendidos avisaban a los fotógrafos para que estuviesen muy atentos, que aquello podía liquidarse en los primeros minutos y la verdad es que duraron más los ritos de los contendientes que recorrieron el cuadrilátero invocando a los dioses de la pelea que el combate en sí. Aldo no estaba por dar no una sol oportunidad a su contendiente y tras una primera ocasión en que le hizo apoyar la espalda en la lona desequilibró al portugués con un ataque a la pierna y le remato de arriba abajo sumiendo a Morais en una fase profunda de sueño Delta. Sin remisión, menos de un minuto y se acabó. Alguien se podría haber quejado de lo poco que duró el espectáculo pero los finales de combate por KO, sobre todo si son fulminantes e indiscutibles como los de la velada de Iscar, no admiten enfados.