9-0: Las Panteras se meriendan a las Walkyrias

Al igual que las valquirias de Wagner, las madrileñas llegaron con la idea clara de defender su Olimpo del acecho, en este caso, de las Panteras vallisoletanas, sin motivación ofensiva. Con el rácano planteamiento de las visitantes, sólo era cuestión de tiempo que el conjunto local encontrara una brecha en la hermética defensa contraria. 

En la primera parte, a las Panteras se las atragantó el planteamiento ultradefensivo de las Walkyrias, que echaron el candado a su portería durante seis minutos, tiempo que tardaron las locales en forzar el cierre y abrir la lata. Se intuía un paseo de las felinas vallisoletanas, pero el cúmulo de rivales, que no abrían ni un milímetro su defensa, dificultó la tarea.

Concluyó la primera mitad con un 2-0 en el marcador que no hacía justicia a lo visto sobre la pista, aunque la sensación de peligro era nula, a pesar de la mínima ventaja, dada la inoperancia rival.

En la segunda parte el guión cambió, el fortín visitante cayó como un castillo de naipes ante el constante acoso y derribo local. El desgaste de la primera mitad pasó factura a las Walkyrias, que cedieron pronto el primer tanto de las Panteras en la segunda mitad para poner el 3-0 en el marcador.

Hasta el tercer gol duró la resistencia de las madrileñas, que se encomendaron a tímidos chispazos al contraataque que terminaban en agua de borrajas. Con el cuarto gol en el electrónico, las Walkyrias cambiaron su apuesta de pasividad parcial por la de pasividad total y el hambre de las panteras se tradujo en un zarpazo detrás de otro.

Jugadas personales, lanzamientos de media distancia, lanzamientos lejanos, rebotes, etc. Los goles locales subieron al marcador como un goteo constante hasta poner el definitivo 9-0.