3- 2: Derrota con honores
La Universidad de Valladolid sale derrotada de Boiro tras ofrecer un tremendo partido y dejar constancia del potencial y la ambición de este joven equipo. A pesar del acierto táctico en ciertas fases del partido, de la intensidad defensiva y del corazón que pusieron los vallisoletanos, Boiro fue más regular y tiró de experiencia y del apoyo del numeroso público para decantar el encuentro. El resultado tan ajustado deja a los coruñeses en cabeza de la clasificación empatado a puntos con Valladolid a falta de cuatro partidos para el desenlace final.
Después de tantos partidos igualados vividos entre estos dos equipos, los vallisoletanos sabían perfectamente lo que encontrarían en tierras gallegas: mucho público presionando, un nivel de saque contrario muy alto y un partido que requiere de una concentración y una intensidad defensiva fuera de lo normal. Y sin duda, así fue.
El partido empezaba con intercambios largos en los que el nivel defensivo, al igual que durante todo el encuentro, era superior al de ataque. Aún así, Valladolid aguantaba el tirón y, poco a poco, lograba encontrar las debilidades en el bloqueo local para despegarse en el momento clave y ponerse por delante en el marcador. Lo importante estaba hecho, la UVa se había sobrepuesto a una situación inicial de presión y había entrado en el partido. Sin embargo, el segundo set mostró la otra cara de la moneda. Una racha espectacular de saque al inicio dejaba muy encarrilado este para que Boiro igualase el encuentro. A pesar de contar con sus mejores armas en ataque, Valladolid no podía cortar el acierto en saque y defensa de los locales. Con una amplia ventaja que no descendería Boiro igualaba el partido a un set.
Valladolid, lejos de acusar el resultado, aprendió la lección y recuperó su mejor versión siendo mucho más constante en el juego y encontrando de nuevo la paciencia para puntuar ante un equipo tan intenso defensivamente. De nuevo logró que Boiro no se despegase en el marcador en ningún momento y hacia la mitad de set mostró su mejor cara y logró una buena ventaja que le permitiría afrontar el final por delante en el marcador. No sin dificultades los visitantes consiguieron cerrar un apurado set y sorprender a todos poniéndose 1-2 en el global.
Pero estaba claro que no estaba todo hecho y que estos partidos se resuelven por la mínima. Boiro mejoró en recepción y encontró un pasillo por el centro para hacer mucho daño a una UVa que no conseguía frenar semejante acierto, ni con su saque ni con su bloqueo. La tendencia se mantuvo y Boiro fue poco a poco abriendo brecha en el marcador. Desde la mitad de set parecía claro que, para no faltar a la costumbre, el partido se decidiría en el quinto set. Es en este momento en el que se notó más la diferencia de edad y en el que daba la sensación de que todos los detalles daban por ganador a Boiro. Una racha inicial permitía de nuevo a estos afrontar el set con ventaja y, en esas circunstancias, resulta un equipo muy difícil de superar. Casi sin oposición los gallegos obtuvieron recompensa a su constancia y cerraron el partido.
Valladolid deberá trabajar muchos detalles en los próximos días pero sabiendo que, a pesar del resultado, puede sentirse ganador en muchas cosas y afrontar con ilusión un final de liga que se antoja apasionante.