Sin oportunidades en el Atlético de Madrid, Juan Rodríguez Moreno, Juanito, ha realizado con ilusión un recorrido fluvial desde el Manzanares hasta el Pisuerga, sacando las fuerzas para dar las paladas de la renovada ilusión por volver a sentirse importante en un nuevo proyecto.
El central era una de las peticiones expresas de Abel Resino, un técnico que conoce bien sus dotes de su etapa al frente del club colchonero, y no sería de extrañar que, al igual que ya ocurrió Matabuena, debutara cuando todavía está deshaciendo las maletas. A Juanito no le pesan las urgencias, pero se muestra dispuesto para pasar revista si su mister así lo requiere: "No se si jugaré en Vila Real. Yo, por lo que estoy entrenando, me encuentro bien, y estoy disponible para técnico, si él lo estima oportuno", declara. El defensor aportará veteranía y carácter a una zaga que, en media temporada, parece no haber encontrado la dupla ideal: "No cabe duda de que tengo una edad y la experiencia no me va a faltar. Si a eso unimos que me encuentre bien dentro del campo y pueda encontrar mi fútbol, creo que puedo aportar mucho a este equipo. Esa es mi aspiración".
Juanito apunta a la comunicación como la clave para que el equipo despliegue sobre el campo todo su potencial. "Hay que hablar y estar bien comunicados. No tiene que venir un solo jugador para eso. Creo que el equipo se tiene que concienciar para que exista una comunicación constante. Luego la calidad la va a sacar la gente", manifiesta el defensa.
"El equipo estaba hecho con el objetivo de ascender, pero sabemos que en Segunda División hay otros doce equipos con el mismo objetivo. Tras los últimos diez partidos se han descolgado de los puestos a los que podríamos estar aspirando. Ahora nuestra meta está en la liguilla de ascenso, pero si hacemos las cosas mal podemos llevarnos un susto muy grande", analiza el central, que sabe que para no alejarse de los puestos que dan acceso al playoff deben de sacar un buen resultado del Mini Estadi, ante un equipo capaz de lo mejor y de lo peor: "El El Villareal es un equipo filial con un trato del balón exquisito. No tienen ninguna aspiración concreta porque no pueden subir, así que juegan con alegría. Los filiales son muy irregulares. Un día te vapulean y otro salen vapuleados. Tenemos que intentar que tengan un mal día, pero porque nosotros les pongamos las cosas difíciles".
Pachanga de iniciación
No hay tiempo ni para pruebas ni para experimentos. Las nuevas incorporaciones del club blanquivioleta deben integrarse con carácter de urgencia en la dinámica del equipo. Para esto, Abel ha preparado hoy una sesión de entrenamiento en la que se han disputado dos partidos contra los chicos del Juvenil A. Para completar dos "onces" el técnico manchego ha tenido que tirar mano del Promesas, ya que entre bajas laborales y lesiones no ha logrado completar un primer equipo con 22 jugadores.
