Diego Rubio logra lo que su padre no pudo

Diego Rubio no responde al perfil común de un chico de 22 años recién cumplidos. Desde los 18 años vive en Europa, está casado con una sevillana, es padre de un niño de 13 meses y el próximo año volverá a ser papá de dos mellizos más. Madurez es la característica que más resalta de la personalidad de este delantero chileno, de madre alemana y de padre exfutbolista y entrenador: Hugo Rubio, que estuvo muy cerca de jugar en el Real Valladolid a mediados de los 80.

“Soy delantero, me muevo en el área, y como a todo delantero me gusta hacer goles. El resto se lo dejo a ustedes mismos”, contestó el nuevo refuerzo vallisoletano. “Agradezco la confianza que han puesto en mí y todo el esfuerzo que hicieron para contratarme", añadió. 

Sobre su llegada al equipo vallisoletano, Rubio confesó que tiene ciertos datos. "Sé que el Real Valladolid es un gran Club. Algunos chilenos jugaron acá y mi propio padre estuvo a punto de firmar por el Real Valladolid; conozco la ciudad porque tengo familia de mi mujer y eso me ayudará a la adaptación”, desveló el futbolista, contratado en propiedad por el Real Valladolid para las cuatro próximas temporadas a cambio de que el Sporting de Lisboa mantenga un porcentaje de los ingresos de un futuro traspaso.

Rubio, que no se mostró preocupado por la presión de jugar en España, aclaró que “físicamente estoy preparado porque he realizado toda la pretemporada con el Sporting de Lisboa B y he jugado los partidos de Liga. Vengo muy bien; lo demás depende del técnico”.