3-2: Los fallos se multiplican

El partido comenzó con muy buenas sensaciones para el Pucela. El arranque blanquivioleta en Pucela recordó a los primeros partidos de la Liga, en los que el Real Valladolid se plantaba con autoridad en el terreno de juego y, además, conseguía marcar gracias a un gol en propia puerta de Iván López, contra el que se fue a estrellar un despeje del central Chema.

No bajó el pistón el Real Valladolid con el tanto. Ni mucho menos. Siguió controlando el juego, moviendo el balón al primer toque, triangulando con rapidez y precisión para desactivar los intentos granotas de recuperación.

Pero al paso del primer cuarto de hora, el Pucela dio un paso atrás. Dejó hacer al Levante y se aprestó a intentarlo a la contra. Y el partido cambió de signo, porque aunque el Levante no hacía daño, sin el balón podía llegar el tanto local en cualquier jugada, situación que sucedió en el minuto 36, cuando un centro desde la banda de Abraham fue rematado de primeras por Roger, que se adelantó al marcaje de Rafa. Un auténtico golazo del exdelantero blanquivioleta que devolví a las tablas al encuentro.

El guión no cambió ni un ápice en la segunda mitad. Paco Herrera intentó darle otro cariz al encuentro con la entrada de Jose por Juan Villar y de Iban Salvador por Raúl de Tomás, aunque este segundo cambio tuvo que posponerse porque cuando iba a concretarse la doble sustitución en el minuto 53, Rafa tuvo que dejar su puesto a Guitián por un pinchazo en el isquiotibial izquierdo. Finalmente, Iban Salvador relevó a Raúl de Tomás en el minuto 66.

Entre el dominio estéril del Levante y un Real Valladolid sin chispa, pero que todavía estaba en el partido, el desenlace fue desolador para el Pucela porque dos errores de bulto en defensa le condenaron. El 2-1 nació de un saque de banda al que los centrales, en un emparedado a Roger, no llegaron y propiciaron el remate a bocajarro de  Jason. Y siete minutos después, Lichnovsky cometió un penalti innecesario sobre Roger y el valenciano aprovechó el regaló para desenfundar sus pistolas y rematar el partido.

Con el 3-1 fue el Levante el que dio un paso atrás para defender la renta y el Real Valladolid tuvo arrestos para volver a meterse en el partido. Cercó al equipo valenciano a base de coraje y marcó el 3-2, pero no le dio tiempo a más. El Levante acabó pidiendo la hora, pero ganó.