3-0: Buenas sensaciones

Las dudas bullían en un Zorrilla un tanto desangelado. El debut en Segunda y el desconocimiento en cuanto a los fichajes producía que el respetable vacilase. No obstante, el fútbol alegre por el que apostó el equipo de Antonio Gómez desde el primer segundo encandiló al público ipso facto.

Siete minutos le costó a la escuadra blanquivioleta abrir el marcador tras una buena jugada colectiva que finalizó Guerra con inteligencia en el área pequeña después de servirse de una buena asistencia de Nauzet. 

420 segundos en los que el Real Valladolid arrolló. Triangulaciones vertiginosas, movilidad constante, mejor dicho incesante, continuos desdobles de los laterales y una presión en tres cuartos de cancha.  

Una voracidad latente sobre el mimado tapete de Zorrilla ante un adversario que, pudiera calificarse como blandito, aunque se estiró levemente a raíz del tanto vallisoletano. Sin embargo, Sisi, Álvaro Antón y Guerra seguían brillando gracias a su dinamismo, a su correcta impetuosidad.

El balón se despegó un poco de las botas de los futbolistas del Real Valladolid, pues el equipo castellonense no quería todavía dar el partido por perdido. Aún así, los hombres de Xavi Gracia carecían de lucidez, algo que le sobraba, precisamente, al equipo blanquivioleta en cada fugaz contragolpe. Pero a medida que el descanso se acercaba, la intensidad decreció y el Villarreal B se impuso en el control del duelo.

Tras el tiempo de asueto, el Villarreal B aflojó, sobre todo tras la estúpida expulsión de Hernán Pérez. Entonces, el Valladolid dominó el esférico con una pausa y un criterio soberbios y sin conceder un palmo a un contrincante al que le faltaba la puntilla para yacer sobre el campo.

Guerra, con Calle de referencia, se movía por todo el ancho del campo otorgando muchas variantes y posibilidades a su compañero. Así, las ocasiones se sucedieron como un pasodoble. Las llegadas eran constantes. El balón vivía en el área castellonense y Mariño tenía que trabajar a destajo para evitar el segundo.

No pudo, pues en el minuto 26 del segundo tiempo Sisi puso con la izquierda un buen balón al corazón del área que Calle remató a la perfección al fondo de las mallas. El resultado perfecto y los dos delanteros ya habían mojado.

El ciclón blanquivioleta seguía destrozando al Villarreal B con su profundidad y su velocidad en los metros finales. De esta forma, Pedro López, que como Guilherme también va en moto, se plantó delante del guardameta amarillo después de un excelente pase de Javi Baraja para marcar un gol de pundonor que se celebró bastante en las gradas. Faltaban unos cinco minutos para la conclusión de un choque que deja unas sensaciones buenísimas: seriedad defensiva, trabajo y ambición. Mejor... imposible.