2-0: El árbitro remata el desastre vallisoletano

Nunca pienses que al Real Valladolid no le puede pasar nada peor. Ni siquiera después de haber visto el partido frente al Villarreal B. Todo lo malo que podía ocurrir y todos los factores negativos que podían afectar al equipo se citaron en la Ciudad Deportiva castellonense. La lesiones de Justo Villar y Jacobo obligaron a Abel Resino a convocar a los dos porteros del filial. Javi Jiménez, según el guión previsto, fue titular. Pero las quinielas no apostaban por Quique en el once inicial. El técnico manchego dejó en el banquillo a Jorge Alonso y Jofre, y apostó por el canterano y el burgalés Álvaro Antón desde el arranque. Matabuena y Juanito debutaron como titulares.

En la primera parte el Real Valladolid tuvo dudas. Puso intención, pero con desorden. Quería  tener la pelota, pero no sabía que hacer con ella. El balón pasaba en cada jugada por medio equipo, pero no llegaba ni a Javi Guerra ni a Quique. Un muro imaginario, aunque meritorio por parte de los pupilos de Javi Gracia, impedía crear juego a los blanquivioleta. Por ráfagas, Sisi apuraba línea de fondo y busca un remate que no aparecía. Varios disparos lejanos, muy de vez en cuando, apenas intimidaron al guardameta local Mariño.

Pese a que Iago Falqué y Hernán Pérez lograban acercarse al borde del área vallisoletana, el equipo se mostraba relativamente tranquilo y aguantaba defensivamente. Pero falló la estrategia. El rival robó la llave del candado que Abel pone los jueves y viernes en Zorrilla para ensayar las jugadas a balón parado y abrió la lata. Un centro de Iago Falqué llegó al central Kiko, que cabeceó –sin camisetas de Kappa “cien metros” a la redonda- ante la pasividad de la defensa del Real Valladolid. Aunque parecía que el balón entraba, el danés Nicki Bille Nielsen se encargó de empujarla sobre la línea de gol. El equipo entró en estado de conmoción colectiva hasta que llegó el descanso.

Abel, en su ya habitual cruz a la cantera, dejó a Quique en el vestuario. Si Raúl Navas y Jesús Rueda pagaron los platos rotos de Santo Domingo, a él le tocaron los de la primera parte. El chaval había puesto ganas y había incluso disparado, algo inusual allende de Pucela. Entró Jofre con la intención de ofrecer profundidad por la banda izquierda.

El equipo salió voluntarioso y con ganas de remontar. Un remate de Javi Guerra -que anteriormente había visto la quinta tarjeta amarilla y no podrá jugar frente al Granada- a centro de Carlos Peña acercó el empate, pero el cabezazo se fue por encima de la portería amarilla. En pleno intento, Matabuena cometió un penalti sobre Nicki Bille. Como en las biografías de los grandes guardametas, Javi Jiménez detuvo la pena máxima al danés. Lo hizo con una estirada digna de destacar.

Pino Zamorano no contaba con la parada y minutos después mando al portero a la ducha. O más bien lo hizo su asistente. En  una valiente salida, el colegiado consideró que había tocado el balón con las manos fuera del área. Nada más lejos de la realidad. El manchego no lo vio, porque no había nada que ver, pero se fió del criterio de su linier. Ni era mano, ni era expulsión en caso de haberlo sido.

La papeleta le tocó a Salcedo, el  arquero suplente del Promesas y por tanto el cuarto portero del primer equipo.  Mientras que se puso los guantes,  Jiménez abandonó el terreno de juego y se lanzó una falta sin consecuencias, voló medio partido. Poco antes, Resino había optado por dar entrada a Óscar González en lugar de Antón.

El Valladolid, con diez hombres, lo intentó sin éxito y a tumba abierta. El balón, al igual que desde el 10 de octubre lejos de Zorrilla, no entró. Sí llego el segundo del submarino. En el descuento, Gerard realizó un pase interior para Marquitos, que se plantó solo delante de Salcedo y le batió con facilidad. Era lo que faltaba, el gol de un descarte...

Con la mediocridad por bandera, al menos los responsables deportivos pueden vender que la culpa fue del árbitro. En parte sí, pero sólo en parte. En la primera se vio la misma mentira de toda la temporada.

 

 

2.- VILLARREAL B: Mariño, Mano, Truyols, Kiko, Jaume Costa, Marcos Gullón, Natxo Insa, Hernán Pérez, Gerard (Airam, m.90), Iago Falqué (Marquitos, m.79) y Nicki Bille (Nico, m.69).