FOTOS Angel Becerra
Fútbol | Crónica Real Valladolid - Real Madrid
1-1: Osorio fortifica Pucela
8 de Mayo de 2014
El Real Valladolid salvó la Liga y el Real Madrid perdió la Liga en Zorrilla. La casta blanquivioleta y el empuje de los de JIM en el tramo sin vuelta atrás del partido permitió al Pucela sumar un punto que le podría ser muy válido para seguir en Primera. Ninguno de los dos equipos brilló, pero la épica la reclamó el Real Valladolid y, en particular, el colombiano Humberto Osorio Botello.
Antes, el Real Madrid había encarado el partido con la frialdad propia de los grandes que visitan Zorrilla. Con mínima voluntad y encomendados a los detalles individuales, los de Ancelloti se refugiaron y aguardaron una oportunidad que decantase la balanza a su favor. No contaban, quizá, con las molestias de Cristiano Ronaldo, que se retiró con la precaución por bandera para estar en Lisboa y en Brasil, porque en Pucela poco se le vio. La sustitución pareció desviar la atención del Real Madrid y permitió al Real Valladolid creérselo. Fue entonces cuando Javi Guerra, a centro de Carlos Peña, rondó por primera vez la portería de Iker Casillas, que volvía más de un año después a la titularidad en Liga.
Pero cuando todos captaban a un Madrid al que se le podía meter mano, un regalo blanquivioleta, una falta en zona peligrosa cometida por un desnortado Víctor Pérez, y un Sergio Ramos con duende en el último mes, enjauló el balón en el fondo del marco defendido por un Jaime Jiménez al que se le ablandó la manopla. Se encomendó entonces el Valladolid a una remontada que no conoce en todo lo que va de temporada.
Posiblemente por eso el gol hundió a un Pucela que empezó a pedir a gritos el descanso. Aumentaban las pérdidas tontas, los regalos empaquetados y con lazo y solo las dudas de Álvaro Morata impedían que los blancos aumentasen su ventaja hasta colocarle la etiqueta de insalvable.
Tras el paso por vestuarios, el guión se mantuvo, con el Madrid insistente en conformismo futbolístico pero excesivamente resultadista. Intentó marcar el segundo con los mínimos argumentos que consiguió el primero, el de una bombilla individual que no volvió a encenderse. La voluntad de Ramos, algo de Pepe, y también de Illarramendi en lo que jugó, fue de lo poco loable en un Real Madrid que entró en el tramo irremediable con un 1-0 que ponía en riesgo sus opciones de llevarse la Liga.
La entrada de Larsson, que sustituyó a un pitado Óscar González, reactivó al Real Valladolid, que se iba creciendo cuando tenía el balón. El sueco, que estuvo durante unos minutos de delantero, dotó de panorámica a su equipo y de una chispa habitualmente ausente en los de JIM. Con la bocina acercándose, y el Real Madrid entrando en kilómetros vallados, dos secundarios muy secundarios rescataron un punto para el Pucela. Fue en un saque de esquina del sempiterno Javi Baraja que remató la fe del vallenato Humberto Osorio. Y se cayó Zorrilla y el Real Valladolid salió del descenso. Una pulgada más, una pulgada menos. Y unas matemáticas que ahora se alían del Real Valladolid, que incluso podría, como hace cinco años, certificar su permanencia en el Benito Villamarín con un Betis, también esta vez, que la próxima temporada estará en Segunda.