FOTOS Jonathan González
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Fútbol  |  Crónica Real Valladolid - Girona

1-0: ¡Guerra de mi vida!

23 de Marzo de 2011


Vivito y coleando. El Real Valladolid solventó la papeleta de jugar el lunes y vuelve a estar cerca, muy cerca, de los puestos de playoff. Consiguió tres puntos de oro y evitó que lo que a partir de hoy es un rival directo en la Liga Adelante también lo hiciera. Tan solo 3 puntos separan al equipo vallisoletano de los puestos que dan derecho a disputar la fase de ascenso a Primera División.

La imagen de casa es la buena

Está claro que la cara del Pucela en casa es bien diferente a la de lejos de Zorrilla. Puede ser el apoyo desde la grada – hoy, con más de 7.000 almas presentes – o el simple hecho de saber bien donde se mueven, pero la comparación con los partidos allende de Valladolid es odiosa.

El partido, en la previa, prometía igualdad y un Girona peleón. El equipo catalán, con sorpresas en la alineación, en ningún momento se mostró cómodo y pareció firmar el empate desde el minuto uno de la primera parte. Abel volvió a guardar en el banquillo la bala de Jofre y no movió pieza ante la ausencia de Nauzet Aleman. La entrada del sustituto natural del canario, Sisi, en la banda derecha, fue la apuesta del técnico manchego. Raúl Agné optó por hacer algún cambio: Borja y Kiko Ratón fueron titulares en detrimento de Keko y Peragon, que  se quedaron en el banquillo.

Ocasiones y más ocasiones sin premio

El arranque del Pucela fue fulgurante. En diez minutos,  Óscar González había rematado en dos ocasiones de cabeza. Primero tras un centro de Peña desde el flanco izquierdo que detuvo Roberto Santamaría y poco después al aprovechar un pase medido de Álvaro Antón. El Girona se desperezó en el minuto 25  con una ocasión de Despotovic, que no acertó a batir a Javi Jiménez. Fue de nuevo Antón el que poco después casi convierte en gol olímpico un saque de esquina.  Javi Baraja, que sumó más en ataque de lo habitual, se apuntó al baile de ocasiones con un disparo muy lejano que el portero navarro acertó a rechazar a córner.

El Valladolid buscaba y merecía el gol, pero se resistía. Entre Sisi y Antón se entendieron por la banda derecha para que de nuevo el burgalés, a 15 minutos del descanso, intentase abrir la lata con un disparo que tocó en la espalda de un jugador rival. Guerra, que esperaba la suya, no fue capaz de definir con eficacia un balón que cayó en sus pies después de varios rebotes dentro del área. El Girona contaba las ocasiones con los dedos de una mano, y solo alguna pérdida de Nafti en el centro del campo les permitía crear algún tipo de peligro. El Girona pedía a gritos un descanso que llegó con igualdad en el marcador pese a otra nueva ocasión de Alvarito Antón.

Disminuye la intensidad tras el descanso

La segunda parte perdió el ritmo de la primera, y las ocasiones no fueron tan numerosas como en la primera. Nada más volver del asueto, el asturiano Jandro estuvo cerca de aprovechar un centro de Borja para superar a Javi Jiménez. El canterano atrapó el balón sobre la línea.

El partido se volvió peligroso para el Pucela. Carecía de la intensidad de los primeros 45 minutos y no encontraba la fórmula para ponerse por delante en el marcador. Abel realizó dos cambios en pocos minutos. Entraron Jorge Alonso y Jofre en sustitución de Sisi y Nafti. La entrada del salmantino y la retirada del tunecino no convencieron a Zorrilla, que se lo hizo saber a Resino con música de viento.

Guerra vuelve a brillar

Jofre, recién ingresado, le puso un balón de oro a Óscar González en el minuto 71 para que lo empujara a gol desde el punto de penalti, pero lo vio tan fácil que fue incapaz de rematar con potencia. Su pie se ablandó y el esférico se perdió por la línea de fondo. El salmantino no tuvo su día, pero Abel le mantuvo sobre el césped hasta el minuto 90. El gran susto lo dio Peragón, que fue demasiado generoso con Keko en vez de intentar un disparo que podría haber complicado a Javi Jiménez.

Cuando todo parecía perdido y después de que Abel agotase las balas ofensivas dando entrada a Bacari, apareció Javi Guerra. Lió a Noguerol para ganar un balón dentro del área, Santamaría dudó en la salida, y con un leve cabeceo superó al portero gerundense. Un cabezazo para seguir vivos en la lucha por el ascenso. Minutos después llegó el final.