0-2: Las medidas para el ataúd están tomadas

El Valladolid acometió el inició del duelo impetuoso y con un nuevo dibujo, un 4-1-4-1, a pesar de que la primera aproximación fue del bloque castellonense. No obstante, se notaba el nerviosismo local a la hora de despejar balones de las cercanías de su área.

Costaba desquitarse de los ataques del Villarreal y, en una de estas, a Ángel le dio tiempo acunar el esférico en la frontal del área antes de realizar un disparo centrado que pilló adelantado a Fabricio. La historia que se vuelve a repetir.

Tras este tanto, el Real Valladolid evidenció cierto desconcierto, aunque a medida que iban pasando los minutos se entonaba de forma muy ligera Sin embargo, el medio del campo vallisoletano hacía aguas con cada ataque del Villarreal.

Las ocasiones blanquivioletas llegaban poco a poco pero no eran claras. Había entusiasmo pero la creatividad en los metros finales brillaba por su ausencia. Y así, con la sangre por hallar, se llegó al descanso.

Después del tiempo de asueto, el Real Valladolid no lanzaba mal los contragolpes, pero los hombres de segunda línea dormitaban a la hora de llegar. Sin remate, sin profundidad, sin gol. Mientras, el Villarreal, campaba a sus anchas cuando ansiaba. De este modo, el bloque castellonense puso la puntilla con un excepcional tanto de Nilmar. Gritos de fuera, fuera en Zorrilla y al muerto ya le han tomado medidas para el ataúd. Discurría el minuto 9 de la segunda parte.

La gente abandonaba Zorrilla sobre el minuto 20 y los que se quedaban se resignaban ante la imagen que estaba ofreciendo un equipo instalado en la mediocridad. Desquiciante. Más aún cuando Medunjanin, faltó el respeto al público que le increpaba. Menos mal que ipso facto Llorente se retiró y se llevó una calurosa ovación.

El resto, mejor obviarlo...