4-6: Morir con las botas puestas

Cuando te dejas la piel, cuando lo das todo, cuando el árbitro pita el final y tú no te puedes ni mover del sitio, entonces todo lo demás da lo mismo. Da igual el resultado, da igual el sabor  amargo con el que te hayas quedado, lo importante es que te has vaciado y todo el mundo lo sabe. Lo sabe la afición que te aplaude a rabiar, lo sabe tu entrenador que saluda uno a uno a sus pupilos y lo sabe tu rival, quien te aplaude y te ayuda a levantarte. Con esa sensación está ahora el Universidad de Valladolid tras caer en su partido copero ante Caja Segovia.

La UVa salió a la cancha con una idea entre ceja y ceja; comerse a su rival. Daba la mismo quién estuviera en frente o, al menos esa era la idea de su entrenador, el objetivo era recuperar el espíritu de pasadas campañas. La casualidad fue que el rival en esta ocasión era de empaque y que los jugadores pucelanos estaban más que motivados ante el choque liguero. Caja Segovia salió a la cancha de Fuente la Mora con un cinco de garantías puesto que no quería sorpresa alguna, pero se encontró con un Universitario que mordía.

Tras el fulgurante arranque de los locales, el dominio de la bola empezó a ser segoviano, cuyo entrenador a los tres minutos de juego decidió sacar de un plumazo a los cuatro jugadores de cancha. Los de Chema Rodríguez se atrincheraron en su campo a la espera de usar una de sus armas secretas; el contragolpe. Tras unos avisos de Molina, a la tercera fue la vencida. Ante el clamor de un pabellón a reventar, el propio Molina robó un balón en medio campo y habilitó perfectamente a Miguel en el segundo palo para adelantar a la UVa.

En esa ida y vuelta el conjunto pucelano se sentía muy a gusto y Caja seguía con su claro dominio pero no encontraba el hueco en la bien rabajada defensa local. Y cuando lo encontraba, ahí estaba Félix y sino Ofa para salvar bajo palos. Los pupilos de Chema se dejaban todo en cada jugada, piel incluida. A seis para el final del primer tiempo los locales decidieron pedir tiempo muerto para recuperar el aliento y el resuello.

Momento loco

Caja continuaba con sus rotaciones intentando aprovechar su más poblado banquillo y tenía a la UVa detrás del balón jugada sí jugada también; ya no podían salir de su área. Como consecuencia de ese asedio llegó el empate obra de Fabián a pase de Sergio, quien batió de tiro cruzado a Félix. El Universitario se cargó de faltas y a cuatro minutos para el término de los primeros veinte cometió su quinta. Entonces el choque entró en un momento loco.

Ya no valían ni las tácticas ni todo lo ensayado durante los días previos; el fútbol sala volvió a sus orígenes donde la técnica de los jugadores es más valiosa que la pizarra. Por parte segoviana lució Fabián que tras una jugada de estrategia llevó al marcador el 1-2 con un preciso toque al borde del área. Pero la maravilla de la noche estaba por llegar. Falta al borde del área. Coge el balón Adri. El siete pucelano mira a la portería. Ya sabe por dónde tirar. El árbitro pita y entonces...la madera suena y el balón perfora la escuadra segoviana.

Con el aliento de su público el Universitario se lanzó entonces a por el tercero pero en una falta dudosa lo que llegó fue el tanto de Palomeque desde el doble penalti. Pero ahí no iba a acabar el espectáculo ya que cuando la primera parte expiraba, Miguel se lanzó al ataque que pilló en bragas a los segovianos y materializó de forma magestuosa un dos para uno junto a J. López. Los pupilos de Chema Rodríguez lo habían dado todo en la pista y su recompensa fue llegar con tablas al descanso.

Quince minutos bastaron para que los pucelanos repusieran fuerzas. La machada estaba a veinte minutos y no se iban a rendir. Tan sólo habían transcurrido tres minutos cuando Adri volvió a coger el balón en la frontal. La barrera tenía en mente el lanzamiento anterior, pero el excelente jugador pucelano sorprendió a todo el mundo amagando el tiro directo y cediendo el esférico a J. López que de tiro raso desde la frontal batía a Gonzalo. El partido parecía seguir por los mismos derroteros que en la primera mitad, pero a la Uva le estaba faltando la misma frescura que antes de entrar a vestuarios.

El técnico visitante se desgañitaba desde el banquillo y la calidad de sus jugadores empezaró a florecer. Cedieron el campo a los pucelanos y comenzaron a mostrarse más atinados de cara a portería. En cinco minutos dieron la vuelta al marcador; primero Sergio, luego Palomeque y más tarde Marga. La UVa había aguantado -y puesto contra las cuerdas- al todopoderoso Caja Segovia, treinta minutos.

Hasta el final el conjunto pucelano lo intentó por todos los medios, incluso con el portero-jugador. Con un Caja Segovia hundido en defensa parecía que el gol, incluso la remontada era posible, pero el gol no llegaba. Al final a Caja Segovia le tocó sufrir como en todo el partido, pero tiró de galones para aguantar. El sueño copero se acababa. La UVa debía despertar. Los pucelanos habían muerto con las botas puestas.

FICHA TÉCNICA:

4.- UVA: Félix, Ofa, Fraile, Adri y Molina (cinco inicial) También jugaron Mario, Javi, Miguel, Duque, Víctor (p.s) y Raba.

6.- CAJA SEGOVIA: Gonzalo, Antoñito, Palomeque, Juan Carlos y Fabián (cinco inicial) También jugaron David, Pablo, Marga, Borga, Alberto (p.s) y Sergio.

Goles: 1-0 (min. 7) Miguel, 1-1 (min. 14) Fabián, 1-2 (min. 17) Fabián, 2-2 (min. 19) Adri, 2-3 (min. 20) Palomeque, 3-3 (min. 20) Miguel, 4-3 (min. 23) J. López, 4-4 (min. 24) Sergio, 4-5 (min. 27) Palomeque, 4-6 (min. 29) Marga.