¿Quién quiere ser atleta de mayor?
Con motivo de la IV Milla Urbana, que se disputará este próximo sábado a partir de las 18 horas en Valladolid, la Escuela Isaac Viciosa, ha querido acercar a los más jóvenes las sensaciones de este mundo, para que unos las descubran y otros amplíen conocimientos.
A lo largo de estos días, se ha venido celebrando la "Semana del Atletismo", en diferentes barrios de la capital. En horario de tarde, desde las 18 horas hasta las 19.30, los más pequeños de la casa, han sentido el "feeling" de la competición. La ronda arrancó el lunes en la Rondilla, en la Plaza de la Ribera de Castilla, junto a la Piscina Cubierta, y ha seguido su recorrido por Covaresa, Delicias y Plaza de las Batallas, donde concluye este jueves.
Los más pequeños han podido disfrutar de cuatro modalidades (carrera de velocidad, lanzamiento de peso, salto de longitud y carrera de velocidad con vallas). "Se trata de promocionar el deporte entre los más pequeños y que se diviertan y lo pasen bien", comenta el autor de la idea, Isaac Viciosa.
Estos cuatro puntos neurálgicos de la ciudad, se han convertido en improvisadas pistas de atletismo, hechas con materiales caseros. Para el salto de longitud, se ha utilizado una cinta métrica, y en la carrera de velocidad se ha recurrido a tiras de plástico para "pintar" las diferentes filas por las que competían los pequeños.
Cada chaval, rellenaba una ficha con sus datos personales, en la que además, anotaba sus tiempos y marcas logradas en cada prueba. La rivalidad entre los niños era muy sana, pero no faltaban algunos "piques" por mejorar los registros.
Cuatro pruebas y la carrera final
Alguno de los más de 30 niños y niñas, que este lunes se acercaron a la plaza de la Ribera, vivieron sus primeros instantes como atletas, para otros, se trataba de perfeccionar lo aprendido durante el curso, ya que la Escuela de Atletismo "Isaac Viciosa", ha tratado de involucrar desde pequeños a muchos niños y niñas vallisoletanos, para que vean que el deporte no es sólo fútbol o baloncesto, y existen otras ofertas igual de atractivas para ellos.
Isaac Viciosa anunció y explicó para todos los participantes, en qué consistían las cuatro pruebas. En la carrera de velocidad, primera cita de la tarde, se dividió a los chavales por edades, para hacerla más atractiva e igualada. A algunos deportistas, les costaba entender las reglas y cometian salida nula. Los chicos iban saliendo de tres en tres a disputar sus series.
El lanzamiento de peso, fue una de las pruebas que más gustó a los chavales. Cada uno de ellos, disponía de dos oportunidades para lanzar la bola, de dos kilos para las chicas y tres para los chicos. "Esto pesa mucho, no puedo", repetían varios de ellos al propio Viciosa.
En el salto de longitud, a pies juntos, se vieron buenas marcas. "Hay que probarlo antes, no saltéis sin calentar", explicaba Isaac Viciosa. "Tenéis que ponerle ganas", gritaba. Un Viciosa que no se cansaba de repetir, que "alguno podrá ser un gran campeón", auguraba para un futuro no muy lejano. La última de las pruebas, era la de velocidad con vallas, en la que los niños demostraban su agilidad y coordinación para superar los obstáculos.
Tras las cuatro pruebas, llegó el turno de la carrera final. Una "Carrera de Resistencia" sobre 200 y 400 metros, tal y como la definió el organizador Isaac Viciosa.
Para ella, se formaron tres grupos: el primero, compuesto por niños y niñas de 8 y 9 años; el segundo, de 10 años en adelante, y también disputaron la prueba, atletas de 6 y 7 años. Todos los participantes, pudieron dar una vuelta de prueba para reconocer el recorrido y después se iniciaron las carreras.
Las tres modalidades estuvieron muy reñidas, llegándose en las dos primeras al sprint final para decidir al ganador. Los más pequeños se ahorraron una de las cuatro vueltas de que constaba la prueba.
A la conclusión de las jornada deportiva, Isaac Viciosa recordó a los chavales, la cita del próximo sábado en el Campo Grande, en la que los más pequeños, podrán ver de cerca a sus ídolos. En pocas ediciones, serán ellos los que corran.