San Agustín imparable a por su segundo estandarte consecutivo (42-39)
de emparejamientos, todo el mundo había marcado este cruce de cuartos como la final anticipada de esta edición. Las bolas de la suerte emparejaron a las dos finalistas de la pasada edición y, a priori, las dos escuadras más completas este curso. Así pues, con las chicas de Apostolado con la mente puesta en sacarse la espinita de la última final y con las de San Agustín dispuestas a repetir el éxito logrado, arrancaba este duelo que se antojaba peliagudo desde el salto inicial.
No hubo que esperar mucho para ver que este iba a ser un duelo de alto octanaje. Apostolado golpeaba primero y de la mano de Candela Bustos y Carmen Aguado conseguían las primeras ventajas significativas firmando un 7-12 de primer parcial que invitaba a soñar a la parroquia de Apostolado que llenaba las gradas. El minuto de descanso era aprovechado por el staff de Sanagus para reajustar su defensa y Andrés García daba con la combinación acertada. Paula Albertos tomaba la decisión de tirar de las suyas en la faceta anotadora y junto a Alejandra Alonso-Lasheras devolvían el parcial encajado de salida para irse al descanso con un punto de ventaja (42-39)
A partir de ese momento el encuentro discurriría por el cauce de la igualdad y el juego duro, las defensas tomaban protagonismo y la lucha cuerpo a cuerpo era cada vez más importante. Las inversiones de juego de Apostolado terminaban triples que no veían aro mientras que su center, Candela Bustos, no conseguía cuajar su superioridad en el rebote fallando algunos tiros bajo canasta.
Con 27-31 nos íbamos hasta los último 8 minutos de partido con todo por decidir. San Agustín conseguía mantener su ventaja llevándola hasta los cinco puntos, lo que a juzgar por lo igualado del encuentro podía ser suficiente para rubricar su pase a semifinales. Pero, ahora si, la línea de 6´75 de las havana empezó a funcionar. Un triple de Teresa Giralda y otros dos de Olaya López ajustaban el marcador dejando el corazón de ambas aficiones al borde del colapso.
Tuvo que ser Sara Martín quien se vistiese de heroína en el tramo final del partido y, con siete puntos consecutivos, conseguir el pase a la siguiente ronda de las actuales campeonas de la competición.
Las chicas de Apostolado nos dicen adiós y, con ellas, un buen número de jugadoras que llevan hasta cinco y seis participaciones colegiales, sin duda alguna uno de los mejores grupos que ha tenido la competición en sus once años de historia. A buen seguro las futuras generaciones volverán para adjudicarse ese estandarte de campeonas que parece resistirse.
Las Espartanas pasan a una semifinal donde espera desde hace unas semanas las chicas de La enseñanza. Tendremos que esperar a después de la Semana Santa para saber si estamos ante el que sería un hecho histórico, el doblete colegial femenino.