Quinto puesto para los chicos de UVa

Mucha ilusión por afrontar un auténtico reto y por demostrar estar a la altura de las circunstancias, pero fue el propio Badajoz el que se encargó de aleccionar a los jóvenes vallisoletanos para recetarles tiempo y trabajo. 

Lo cierto es que la exigencia técnica del partido pedía algo más a los visitantes, una mayor regularidad en recepción, una ausencia casi total de errores no forzados y una gestión de las emociones y de los momentos del partido casi perfecta, pinceladas que, a día de hoy, no son carta de presentación de este joven combinado. 

Los extremeños supieron afrontar el partido como merecía, con continuidad atrás y con inteligencia adelante, con templanza ante la igualdad y con valentía ante las dudas, mientras el rival se peleaba consigo mismo y con un balón que no te obedece si no le mimas. En el partido de adultos contra chavales, habiendo una apuesta alta de por medio, ganó el que tenía que ganar y como tenía que hacerlo, sin saltar más ni atacar más fuerte, simplemente jugando mejor.