Aprendiendo en Portugal
En el mismo punto donde hace cinco días les despidieron, un grupo de padres espera el autobús que trae a los equipos juvenil e infantil de voleibol del CD Lourdes y CD Huelgas. Más cansados, algunos con sobrecargas del esfuerzo deportivo pero con la mochila llena de experiencias y una sonrisa en la cara. Así empiezan a bajar del autobús las 39 personas que conforman la expedición vallisoletana que ha participado en la XVI edición de la SummerCup de Voleibol en Lousa, Portugal.
Está competición se celebra desde hace 16 años y reúne a 1.500 niños de cien equipos venidos desde España, Holanda, Bélgica, Francia, Italia y Portugal, con el objetivo de fomentar el voleibol de base (de 13 a 18 años). Y eso es lo que han hecho, y mucho, los equipos vallisoletanos que han participado por primera vez en este torneo internacional: jugar a su deporte favorito. Ocho partidos en cinco días han jugado las juveniles del Lourdes y los chicos infantiles de Huelgas, y uno más el equipo infantil femenino, mezcla de ambos clubes. Esto ha acarreado, además del lógico cansancio, algunas visitas a los fisioterapeutas del campamento, sin lesiones graves, sólo sobrecargas en rodillas o brazos.
Porque el voleibol era el nexo común de todos esos chavales pero también había espacio para otras facetas típicas de un campamento: una fiesta de bienvenida con música española, otra donde todos debían vestir de blanco, un chapuzón en unas piscinas naturales, una excursión cultural a Coimbra y muchos momentos de convivencia, sobre todo nocturna, hasta el "toque de queda" de los entrenadores (les acompañan seis adultos).
Todo esto les servía para descansar el cuerpo y desconectar la mente del deporte y disfrutar del agua, tirándose una y otra vez del trampolín, tomar el sol, cenar pizza y dejar por un día la comida del campamento, tomar un café para desayunar en vez de "leche blanca", bailar con amigos, conocer gente nueva, reirse, hacer muchas fotos, visitar nuevas ciudades y sobre todo, pasarlo bien rodeados de gente con una misma afición.
Los responsables de la expedición no dudan en calificar esta experiencia como "muy buena", tanto deportivamente como en la convivencia. "Está muy bien organizado, hemos aprendido mucho, aunque también hemos sufrido porque el nivel era muy alto", afirman. Aún así, están "contentos" con los resultados estrictamente deportivos: el equipo masculino de Huelgas fueron cuartos en una liga con seis equipos; las chicas infantiles de ambos clubes fueron décimas sobre un total de 26 equipos, y las juveniles de Lourdes terminaron en la posición 16 de un total de 21.
"Es un grupo muy majo -aseguran- y han hecho mucha piña, lo que es muy bueno también para el juego". Así lo demuestran los ánimos desde el banquillo a sus compañeros, con cánticos y botellas de plástico a modo de aplaudidores. Eran la "marea azul" por el color de las camisetas expresamente diseñadas para este evento, con un Valladolid-España en la espalda que lucen con orgullo, y la identificación de la organización siempre colgada al cuello porque había mucha seguridad.
Tras intentar recuperar un poco de sueño en el viaje de vuelta y despedirse una y otra vez , es el momento de repasar las fotos, colgarlas en las redes sociales y dar envidia a otros amigos para que se animen el próximo año. Comienza un verano donde no van a tocar un balón, aunque luego cambian el gesto y dicen que no saben si aguantarán... Ánimo, la vuelta a los entrenamientos está ahí mismo.
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