3-1: Orgullo de campeón
Haciendo honor a aquella famosa expresión de que las finales no se juegan, se ganan, el UVa eligió el peor día para dejar de un lado la calidad y el orden en su juego, pero escogió el día más idóneo para competir como nunca. El coraje y la ambición sustituyeron sin clemencia al buen hacer técnico y al control de las emociones, ofreciendo al caluroso público un espectáculo tan intenso como alocado. En el partido de los vaivenes el UVa consiguió dos cosas que valen su peso en oro: ganar una liga y aprender cómo hacerlo.
Aunque los universitarios bien sabían que lo del sábado no era ni mucho menos su última bala, la exigencia de este grupo obligaba a ganar como un grande en una temporada enorme. Una vez más, la inexperiencia demostró que el grupo quiere, pero que aún le faltan tablas no sólo para dominar el juego, sino para dominarse a sí mismo.
Al partido poco brillante del UVa contribuyó sin duda un equipo que sabe a lo que juega, que propone con criterio y que no concede nada. A Pinto sólo le faltó lo mismo que en el primer envite de la temporada: terminar con un rival herido. Los tres primeros sets evidenciaron la capacidad del UVa para imponer su potente bloqueo y sus múltiples opciones en ataque, e igualmente mostraron a un Pinto más tranquilo que supo reengancharse varias veces en el marcador pero que, tras ponerse 0-1 contra un equipo impreciso y nervioso, no aprovechó su oportunidad. El 1-1 dio aire y confianza a los de Valladolid, y en un abrir y cerrar de ojos la falta de criterio cambió de dueño para poner el 2-1 en el marcador.
Pinto encaró el set definitivo dispuesto a todo, ofreciendo un ritmo de juego altísimo que al UVa, aún inseguro, le costó aguantar. Hacia la mitad de set los madrileños dominaban desde el saque y la recepción, las dos llaves que, cuando pierdes, resulta imposible volver a casa. Sin embargo, fue entonces cuando los pucelanos no sólo pelearon hasta la extenuación, sino que ofrecieron verdaderos momentos de buen voleibol. Parece que el grupo tenía guardado su mejor repertorio para el instante crucial, protagonizando un final de partido en el que por fin pudo disfrutar al reconocerse en el campo. El final del partido desató la euforia de un equipo insaciable que lo merece todo.
La próxima semana el UVa visitará la cancha de Colmenar Viejo con ganas de seguir progresando en su juego. Para un bloque tan valioso, este éxito debe ser sólo el principio.