Una Copa llena de felicidad

De la Balastera al la fuente sin pasar por la casilla. Las maldiciones están para romperlas y las tradiciones para respetarlas así que el remojón era cita necesaria para los jugadores del VRAC, que no dudaron en quedarse en paños menores y zambullirse en las aguas de la fuente de la Plaza Madrid, jaleados por más de un centenar de aficionados que se acercaron a felicitar a los suyos. 

Trenecito incluido, los héroes de la Copa, descorcharon el champán y bautizaron a todo el que por ahí pasaba con una coreografía al son del "queremos la Liga", que cantaban los aficionados queseros.