Un refuerzo con acento británico

El acento británico no será lo único que aportará Connor McDonald al juego del Hermi El Salvador, que se ha hecho con los servicios del segunda línea inglés de 26 años, que aportará sus 110 kilos de peso y 195 centímetros de altura para apuntalar la segunda línea. 

El jugador llega a Valladolid procedente del Rosslyn Park, un club de la National League 1 inglesa con más de 130 años de historia en los que han salido jugadores como Cipriani o Easter. El Rosslyn ha sido el último paso de una carrera que ha tenido escalas en los Wasp y los Harlequins de la A League. 

McDonald ve su fichaje por el club colegial como "una gran oportunidad" para su carrera profesional, aseguraba el jugador que se mostró su motivación por vestir la casaca de un club de "gran historia" del que destaca "la enorme gloria que atesora". 

El segunda línea asegura sentirse atraído por la cultura de Valladolid y por la pasión de la afición de Pepe Rojo, a la que espera dar una alegría este año ayudando al club chamizo "a ganar la Liga". "He venido al Hermi para ganar", asegura ambicioso el galés. 

El director deportivo de El Salvador, Juan Carlos Pérez, destacó la labor de Katz, el mejor embajador del club a su juicio, y de SilverStorm para ayudar a la llegada de un jugador que "nos va a venir bien, para poder tener rotaciones en la segunda línea, en la que dependemos en exceso de Álvaro y Víctor. Va a aportar mucha fuerza y capacidad de avance con el balón, así como en los balones aéreos”, analiza. 

El jueves, McDonald será presentado como nuevo integrante del equipo chamizo. Ese mismo día, aprovechando la puesta en largo del británico, el club presentará el partido del próximo domingo que medirá a El Salvador con el líder, la Santboiana. En este partido se hará una colaboración con la Asociación 'Unidos por la Médula' para concienciar sobre la necesidad de avanzar en la donación de médula ósea. 

El saque de honor del partido le hará Guille Balaguer, un joven de 14 años nacido en Chile, donde jugó al rugby durante seis años al que le detectaron leucemia cuando iba a retomar el contacto con el oval.