La fiesta que pudo convertirse en tragedia

"Un abuelo de un jugador prebenjamín de El Salvador presencia los partidos en la grada, acompañado por su hijo, cuando cayó desplomado en el suelo víctima de un infarto", así lo contaba Víctor Acebes, coordinador de cantera del cuadro colegial y organizador del torneo. Sin embargo, la rápida intervención de los médicos y fisioterapeutas del Club y de otros personas de diferentes equipos, con conocimientos en medicina, permitieron estabilizar al espectador antes de que llegara la ambulancia.

"Fue un gran susto pero la gente reaccionó muy bien y la ambulancia apareció muy pronto con el desfibrilador para poder estabilizar al paciente", explica Víctor, quien añade que "se produjo en el campo que acabamos de inaugurar y en la zona más alejada, pero los responsables de la Fundación Municipal de Deportes lograron despejar el camino con rapidez.

Y mientras todo esto ocurría, los organizadores del torneo de canteras lograron también que los más pequeños no fueran conscientes de lo que sucedía. "Paramos la competición unos 45 minutos pero nos llevamos a los niños a otro campo para que calentaran y no fueran testigos de imágenes poco agradables".

Al final todo terminó con final feliz, aunque el aficionado permanece estable en un centro hospitalario, y con la sensación de que "el rugby demostró una vez más que tiene un espíritu especial de solidaridad y compañerismo. Todo el mundo actuó de una forma ejemplar y, aunque el susto fue grande, el ver que todo salió bien te deja buen cuerpo".

Víctor Acebes también quiso hacer un llamamiento a las instituciones "para que los sitios con gran afluencia de personas tengan una mayor atención sanitaria. Sé que la Fundación está trabajando mucho pero no pudo evitar pensar que el próximo fin de semana tenemos nuestro Torneo de Invierno con más de 1.400 niños y récord de clubes participantes y cualquier acción que se haga para garantizar la seguridad será buena".