3-60. España paga su juventud y es arrollada por Japón

El combinado español comenzó el choque animoso en la presión y con ganas de ponerle las cosas difíciles al bloque nipón. En este sentido, la delantera local se empleaba con dureza para impedir que los japoneses desarrollasen su juego, es decir, elaborasen a la mano con velocidad.

Pero, enseguida, el equipo japonés se hizo con el dominio del juego y buscó los huecos con dinamismo e inteligencia. De este modo, puso en evidencia la candidez de España, cada vez más tierna en las tareas de contención.

Con estos ingredientes, Japón atrincheró, no sin muchos alardes, a la selección española, incapaz de percutir y traspasar la línea del medio del campo. Le faltaba velocidad a la hora de contactar con sus alas.

El equipo nipón se adelantó en el electrónico gracias a un golpe de castigo transformado por Goromaru, aunque España tuvo hasta en dos ocasiones la oportunidad de igualar el tanteo por medio de Agustín Gómez. Sin embargo, el viento fue el principal hándicap con el que se encontró el pateador nacional.

Pasaron veinte minutos de partido y el marcador seguía 0-3 y la sensación que latía sobre el verde de Pepe Rojo era que Japón, que dominaba con claridad las fases estáticas, no era capaz de pisar el acelerador a fondo o se diluía en los metros finales.

Movía el oval con rapidez y dominaba el maul con facilidad. Precisamente, fue de esta última forma cómo materializó Japón el primer ensayo del partido en manos de Hirahara (0-10).

España intentaba reaccionar, pero el oval le quemaba en las manos y le resultaba imposible inquietar a la zaga nipona, a la que le resultaba muy fácil atajar las débiles intentonas.

Todo lo contrario ocurrió con una buena jugada del cuadro nipón, que atravesó la débil defensa española al borde del descanso para establecer un 0-17 que resultaba exiguo en virtud del espectáculo exhibido por uno y otro.

El segundo tiempo se inició con el mismo guión. Japón bregaba y se instalaba en la zona de 22, mientras que España bastante tenía con defenderse con garra para evitar que la herida se abriese más.

Sin embargo, los hombres de Regis Sonnes, que se estrenaba en el banquillo nacional, no conseguían taponar el caudal ofensivo de Japón, que logró dos vistosos ensayos en dos minutos (0-31).

Tras este mazazo, España apretó y estuvo cerca de conseguir dos ensayos en los diez minutos siguientes. Lo intentó y estuvo cerca, pero, al final, se conformó con transformar un golpe de castigo y quitar el doloroso cero de su casillero.

Un pequeño rasguño del que Japón se desquitó con un impresionante eslalom de Mifiposeti (3-36) en el minuto 60 de un partido más que sentenciado. Hazaña que repitió siete minutos más tarde.

España languidecía ante la superioridad del equipo japonés, que deba cierta cuerda al bloque local para salir al contragolpe con mayor facilidad. Así, consiguió tres  ensayos más antes de que el francés Rebollal pitase el final de una contienda en la que el combinado español acusó su juventud ante un equipo muy superior.

3 - España: Insausti, Lasa, Gugernazde, Barrera, Bonan, Méndez, Pardo, Ortega Cruz, López Herrero, Fernández Riga, Gómez Gandolfo, Gutiérrez Muller, Aubanel, Sergio Fernández y Martín Goenaga. También jugaron Elghoyen, Miranda, Blanco, Recuerda,

60 - Japón: Nage, Hirahara, Doi, Mine, Taniguchi, Kim, Shinozuka, Sioeri, Oshima, Irie, Tuiki, Semba, Yamauchi, Kitagawa y Goromaru. También jugaron Teduka, Oliver Bond, Mifiposeti, Iijima.

Parciales: 0-3, min. 8: Goromaru; 0-10, min. 23: Ensayo de Hirahara, transforma Goromaru; 0-17, min. 37: Ensayo de Tsuiki, transforma Goromaru; 0-24, min. 44: Ensayo de Oliver Bond, transforma Goromaru; 0-31, min. 45: Ensayo de Kitagawa, transforma Goromaru; 3-31, min. 54: Agustín Gómez; 3-36, min. 60: Ensayo de Mifiposeti; 3-41, min. 67: Ensayo de Mifiposeti; 3-48, min. 74: Ensayo de Hirahara, transforma Goromaru; 3-55, min. 76: Ensayo de Mifiposeti, transforma Goromaru; 3-60, min. 79: Ensayo de Syomen.

Árbitro. Jean Luc Rebollal (Francia).

Incidencias: Partido amistoso internacional disputado en los campos vallisoletanos de Pepe Rojo ante unas mil personas.