YA LO TENGO CLARO
Ya no me engaña nadie, lo tengo claro. Este Real Valladolid sólo puede aspirar a salvar la categoría en Segunda. Si no queremos ser un Real Oviedo, Burgos, Alavés o Murcia cualquiera, el objetivo del equipo de Abel Resino (o quien tenga valor de terminar la temporada) no puede ser otro que el de permanecer en Segunda.
Y si el equipo termina subiendo a Primera...¡NO SE LO MERECE!. No tiene jugadores, ni fútbol, ni entrenador, ni estructura de club para metas mayores, y sólo la nueva disposición de la actual Liga y el que puedan tener opciones de ascenso seis, o incluso ocho equipos si descontamos a los filiales, hace que todavía alguno mantenga la esperanza de jugar en la Liga de las Estrellas el próximo año.
Y tal vez lo más doloroso de esta conclusión es que también tengo claro que el objetivo de la permanencia no será tarea sencilla. Después de jugar y perder o empatar con los equipos situados en los últimos puestos de la clasificación, caso de Ponferradina, Tenerife o Nastic, tengo claro que o los jugadores cambian su disposición en el cambio y su actitud ante la adversidad o lo van a pasar muy mal.
Llegó Abel Resino para dar carácter a esta plantilla, y después de cuatro jornadas de "buena actitud y disposición de los chicos", parece claro que hace falta algo más que ser bueno y obediente durante la semana. Hace falta sangre, mala leche, orgullo y, sobre todo, menos parabienes por parte de todos, empezando por unos periodistas que SOMOS demasiado comprensivos con un equipo tan malo.
Así que, a partir de ahora, dejaré de mirar a lo que haga Betis, Celta o Rayo y empezaré a preocuparme de los resultados de los equipos de MI LIGA, con el único proposito de sumar los 50 ó 52 puntos que nos den la salvación lo antes posible. Visto lo visto, me quedo con Alcorcón y el Toralín antes que Barakaldo o Lemona.