Y AL FINAL, VINO EL LOBO

Alejandro Fernández | Becario en Madrid
17 de Agosto de 2011

Mediados del mes de agosto. Los equipos ya tienen, en su mayoría, conformadas sus plantillas para la temporada 2011-2012. Todo parece seguir el ritmo normal, lo lógico para una pretemporada. Entrenamiento por aquí, partidillo por allá, y poco a poco a coger la forma porque el día 20 empieza la liga. O tal vez no. De hecho, todo parece indicar que no, vista la postura de la AFE (Asociación de Futbolistas Españoles) y la actitud de la LFP (Liga de Futbol Profesional).

Los jugadores profesionales llevan tiempo pidiendo a gritos un nuevo convenio colectivo al que, de momento, la LFP se ha opuesto. Sin embargo, la situación que atraviesa el deporte rey en España ha hecho que los futbolistas exploten y se planten: o se firma un nuevo convenio, o no se juega. Un acuerdo en el que, sobre todo, se quiere incluir un fondo de garantía salarial para aquellos jugadores, aquellos trabajadores que no ven un duro por su esfuerzo.

Había un tiempo en el que si un equipo no pagaba los salarios de sus jugadores, automáticamente descendía de categoría. Un castigo mas que ejemplar para aquellos que no sabían o no querían gestionar bien la economía del club y que se pasaban por el forro los contratos que tenían firmados con sus empleados (al fin y al cabo los futbolistas son empleados). Sin embargo, un día se pasó de castigar a estos equipos a (desde mi punto de vista), premiarlos. El regalo se llama Ley Consursal.

La madre de todas las culpas la tiene esta dichosa ley. Cualquier equipo que se acoja a ella, puede dejar de pagar a sus futbolistas sin sufrir ningún tipo de castigo. Vamos, el chollo padre… Esta ley está en vías de modificación, pero las cosas de palacio van despacio...Normal entonces que los jugadores hayan visto que la única forma de percibir sus salarios sea ir a la huelga, dado que la LFP no toma medidas en el asunto.

Es más, después de que Luis Rubiales, en nombre de la AFE y rodeado de internacionales (Casillas, Puyol...), anunciara la convocatoria de la huelga, el presidente de la LFP José Luis Astiazarán soltó una buena perla. "No sé por qué van a la huelga". Incomprensible, de igual forma que lo es el hecho de que este señor siga al frente de la que algunos siguen empeñados en llamar la mejor liga del mundo. Quizás haya que recordarle al señor Astiazarán que a día de hoy se le deben 50 millones de euros a 200 jugadores profesionales. Y ninguno de ellos es Messi, ni Cristiano... sino que son jugadores humildes que después de varios meses sin ver un duro se las desean para llegar a fin de mes.

Esta semana, tras la convocatoria de la huelga, han sido muchas las informaciones que apuntaban nuevas reuniones entre AFE y LFP, en un intento meteórico de que el campeonato nacional de liga en primera y segunda división empezara cuando estaba previsto. Finalmente se producirá el miércoles, probablemente demasiado tarde (a tan solo 3 días para que de comienzo la liga) para poder solucionar algo. Y además, en un ambiente pesimista y enrarecido gracias a Astiazarán, que no entra en razón y que no contento con su "no sé por qué van a la huelga" dice ahora que se siente engañado por Luis Rubiales... ¿Acaso no te lo llevan avisando varios meses? Entonces... ¿cual es el engaño al que te has visto sometido? Al final, vino el lobo.

En un asunto como este que parece de cajón, hay mucha discrepancia. Unos piensan que los jugadores están en su derecho de ir a la huelga, y otros que no, llegando incluso algunos a afirmar que, con lo que cobran, no están en condiciones de quejarse. En el fondo estos últimos tienen algo de razón: los futbolistas ganan mucho dinero. ¿Pero qué futbolistas? Precisamente son minoría “los que ganan mucho dinero”, y mayoría los que tienen sueldos menos abultados y que además son los que tienen que sufrir los impagos…

¿A dónde quiero llegar? A que gracias a un Casillas que se pone de huelga, o a un Puyol (que se ubican dentro de “los que ganan mucho dinero”), los futbolistas que realmente están en condiciones de protestar son escuchados. La huelga no lograría tener el mismo efecto si el día que se anuncia no está el capitán del Real Madrid sentado a la vera de Luis Rubiales. A los grandes les escuchan, a los pequeños, no

Por ello pienso que no se debe poner de malos de la película a los futbolistas y si más a la LFP y a Astiazarán, que trata de explotar el trabajo de estas personas a través un una Liga y un organismo. Lo último ha sido el canon que desde Mediapro y la LFP quieren que las radios paguen para poder retransmitir los partidos. Pero eso es otro asunto que está todavía por ver. De momento esperemos que se solucione pronto el asunto porque ya hay ganas de que empiece el balón a rodar. Y sobre todo, ya hay ganas de ver a nuestro equipo en esta temporada, que sí o sí, tiene que ser la del ascenso. Esperemos que a mitad de temporada no me tenga que cambiar estas palabras.