Toño Garnacho
UNA VIDA LLENA DE BALONMANO Y BONDAD
Ana Solana |
Viuda de Toño Garnacho
1 de Mayo de 2016
Te has ido en silencio, en casa y con lo que más querías, nuestro hijo Juan.
El balonmano era tu vida. Jugador, entrenador, fundador del desaparecido Balonmano Valladolid e impulsor del BM Atlético Valladolid.
Maestro dentro y fuera de la cancha, te rodeaste de una directiva y unos colaboradores de amigos, fieles a un proyecto, hacer resurgir a la élite el balonmano vallisoletano y a un principio, trabajo en equipo, basado en la confianza, en la aportación de cada uno y en la honradez.
Desde la grada, mientras todos aplaudíamos los goles, tú no lo hacías, no solo te fijabas de balonmano, observabas: el estado de ánimo del equipo, quién suma, quién es importante aunque esté en el banquillo, quién hace equipo
un jugador feliz rinde más, equipo integrado rinde más si es más feliz.
Hablabas con profundidad. Buscaste en la plantilla el equilibrio entre veteranía y juventud. En un vestuario era necesario la frescura e ilusión de los jóvenes y la madurez y sensatez de los más maduros. Siempre arropados por un magnífico cuerpo técnico y un excelente cuerpo médico. En este equipo solo tenían cabida jugadores con calidad humana, además de la profesional.
Tenías dos grandes retos: recuperar jugadores vallisoletanos y formar una extensa cantera como base para crecer como club. Las bases están puestas ahora solo queda seguirlas.
De lo que más te sentías orgulloso era de la afición la mejor de España decías. Y es cierto. Un polideportivo casi lleno; un público correcto, familiar, cercano, volcado con el equipo. Me comentaste al finalizar el último partido, cuando jugadores y público se aplaudían mutuamente mira las caras de felicidad de los jugadores, no quieren irse de Valladolid, se sienten arropados por esta afición, son felices.
Toño, desde la grada más alta, sí aplaudirás el ascenso a División de Honor y nosotros recordaremos lo grande que eras.