UN HONOR

Iñigo Torres | Periodista RNE
19 de Marzo de 2013

Quiero aprovechar este pequeño espacio en la web para, en primer lugar, dar las gracias a la Diputación de Valladolid por darme la oportunidad de ser testigo de excepción de un acontecimiento histórico. No todos los días uno tiene la ocasión de compartir mesa con alguien que estará para siempre en los libros de historia de la Institución Provincial.

Uno sabía de la calidad deportiva y humana de Mayte Martínez, pero algo así quedó perfectamente reflejado viendo la cantidad de personalidades de la vida pública vallisoletana y del deporte que quisieron estar este lunes en el Palacio de Pimentel. Por eso a uno le ruboriza pensar que le dieran la oportunidad de decir unas palabras, y sólo se ocurre pedir perdón si no estuve a la altura de las circunstancias.

Pero que la celebración era importante estaba claro por la transcendencia del reconocimiento y por la talla de la galardonada. Talla deportiva de una de las mejores altetas españolas de todos los tiempos y una de las más grandes del panorama internacional en la siempre complicada distancia de los 800 metros. 17 veces campeona de España, medalla en Mundial y Europeos para una atleta que, si las lesiones y problemas físicos no se hubiera cebado con ella, todavía estaríamos disfrutando de sus zancadas sobre el tartán.

Pero si su clase deportiva está contrastada, su calidad humana quedará para la historia. Su eterna sonrisa es la puerta de entrada a una persona solidaria, convencida de la justicia humana y siempre dispuesta a poner su granito de arena en las causas que ella considera las más justas. Le da igual la lucha contra el cáncer, que el atletismo de los más pequeños, que los eventos populares o las acciones solidarias de Unicef. Nunca le verás decir un no, aunque sólo sea para aparecer en una foto que dé realce al evento en cuestión.

Por eso quiero terminar con las palabras que utilicé en mi humilde texto en la Diputación. En nombre de todos los periodistas, y en nombre de todos los que hemos tenido la fortuna de compartir iniciativas o compromisos contigo, GRACIAS MAYTE. Solo deseo que Carmen tenga al menos la mitad de la calidad humana que su madre nos ha demostrado.