UN GOL PARA UN ASCENSO

David de la Fuente | Diario de un aficionado
1 de Abril de 2012

Ya sé, ya sé que aún falta mucho y soy el primero en decirlo, pero es que ese gol de Óscar en el descuento es un gol que puede marcar la diferencia entre subir directamente o no. Justo unos segundos antes de marcarlo estábamos comentando que con partidos como el de hoy es donde precisamente se pierden los títulos o los ascensos en nuestro caso. Pero llega el artista, el mago,  el genio, o como queramos definir a Óscar y lo arregla. Un gol que te da un subidón tremendo y te arregla todo el fin de semana y la semana entera.

Precisamente Óscar no había tenido su día de cara a gol. Había tenido varias oportunidades y le faltaba ese último pellizco de suerte para llegar de cabeza a un centro un poco largo, rematar el defensa que se pone delante, etc. Sin embargo, y como pasa últimamente estaba llevando perfectamente el ataque del equipo. Vale, es cierto que no estaba siendo el mejor partido, o quizá no el mejor partido, sino el más vistoso del Pucela, pero es que oportunidades no nos han faltado: el espectacular tiro al larguero del recuperado e imprescindible Álvaro Rubio, otro larguero de Juanito, la de Guerra en la primera parte, la de Guerra en la segunda parte ¡Javi, por favor cómo fallas eso! Sí, sí, te hizo falta el portero y le debió expulsar el Pino Zamorano este que es más malo que un dolor, ¡pero hombre, eso no se falla! Y alguna que otra más.

Me quedo con el resultado, con el juego más o menos, la seguridad defensiva más o menos, y también con nosotros, la afición, que cuando más nos ha necesitado el equipo ahí hemos estado. Jarro de agua fría cuando remata el jugador canario él solito y marca el gol, pero en vez de pitar como otras veces, nos hemos volcado con el equipo. Han vuelto a las gradas de Zorrilla los cánticos de “vamos mi Pucela, vamos campeón”, “ale Pucela, ale, ale”, y sobre todo cuando ha sonado con fuerza el “que sí, j… que vamos a ascender”.

Ha sido unos veinte minutos finales del partido llenos de emoción. Estábamos locos con el equipo, y el equipo nos traía locos también. Atacamos y parece que viene el gol. Miro el reloj y minuto veinticinco de la segunda parte. Aún tenemos veinte minutos por delante. Los números del cronómetro parecen el bajel pirata de Espronceda, que no surcan el mar sino vuelan… ya no queda casi tiempo. Se nos seca la boca de nervios. ¡Vamos! Nos levantamos de nuestro sitio con las llegadas por banda de Nauzet, nos queman las manos de aplaudir a Alberto Bueno con sus toques sutiles y regates en un palmo de terreno, y cuando llega el fallo de Guerra ¡qué decir! Ya lo dijo todo una chica que tenemos en la Preferente B, más o menos por la cuarta o quinta fila que todos los partidos se pone de pie, y tiene una boca la niña… le puso al árbitro por no echar al portero de vuelta y media. Deberían fijarse en ella estos programas tipo “Sálvame”. Seguro que daría mucho juego.

Pero lo dicho, lo digo y redigo (si es que existe la palabra), lo que importa son los tres puntos y dormimos a solo uno del Celta. Le metemos presión y aún falta un mundo para que finalice la liga regular. Aún son once partidos y a falta de diez llegamos con opciones. Eso es lo importante y lo vamos a conseguir. Ya he pedido de regalo de cumpleaños celebrar el ascenso directo el partido de Alcorcón (también otras cosillas, pero no vienen al cuento), pero si es cualquier otro me da igual. ¡Que sí, j… que vamos a ascender!