SOLO ANTE EL PELIGRO
Pasan las horas y no pasa nada. Se suspendió un partido y no pasó nada. Faltan dos jugadores y tampoco pasa nada. La falta de interés por parte de los medios nacionales hace que la gente que no está cerca del Club Baloncesto Valladolid no sea consciente de la gravedad de lo ocurrido.
Un juez ordenó que no se disputara el partido del pasado domingo en Zaragoza hasta que se normalizara la situación de la plantilla vallisoletana. Es decir, la parte civil de nuestra sociedad decidió por un asunto deportivo. Una cuestión que debería ser la base de la convivencia y normalidad de nuestra sociedad pero que es el gran cáncer del deporte profesional.
Las grandes instituciones, llámese FIBA, FIFA o ACB, no quieren que nadie les toque su cortijo. Incluso cuando un juez les da la razón y dice que el Club debe pagar, los gerifaltes deportivos (esos que nunca han sudado una camiseta...) ponen el grito en el cielo.
Pero lo peor de esta situación es que tampoco contamos con el respaldo de la sociedad. A nadie de los medios nacionales les interesante un asunto que puede suponer una ruptura entre la Federación Española de Baloncesto y la Internacional. A menos de tres años de la disputa de un Mundial en nuestra país, una sentencia de un juez español amenaza con el embargo de las cuentas de la federación, y eso son palabras mayores.
Por eso, para que la gente sea consciente de lo que puede pasar si no se arregla esto, lo mejor que nos puede pasar es que no se dispute el partido de este jueves ante el Lagun Aro, y tampoco el de la próxima jornada ante el Real Madrid. Entonces sí habrá tema. El 'Florentinoteam' tendrá que esperar hasta el último momento para saber si viaja en AVE a este pueblo y eso sí será noticia.
Pero que nadie se engañe. Nadie preguntará por lo que ha llevado a esta situación o por las eternas ingerencias de las Federaciones que no quieren vivir dentro de la ley. Sólo diran que los "desalmados" de Valladolid trastocan los planes del pobre Real Madrid.
Lo digo alto y claro. Estamos solos en esto y además más de uno tenemos la sensación o el convencimiento de que, con la verdad de nuestro lado, nos vamos a arrepetir durante mucho tiempo de todo esto.
