SOBRINILLOS

David de la Fuente | Diario de un aficionado
29 de Diciembre de 2011

Estamos en Navidad, fechas en las que la familia toma especial importancia porque nos vemos más veces que de costumbre, porque tenemos que estar o al menos aparentar estar felices, o porque tenemos que sonreír aunque no nos apetezca. Imagina estar en tu casa tranquilo y que suene el timbre, abres la puerta y es tu hermano/a o tus cuñados con los niños que pueden ser unos angelitos y estás encantado con la visita, o ser unos pequeños demonios que todo lo que tocan lo estropean…

Esos son los sobrinillos y en el fútbol a veces ocurre que al campo salen al campo estos sobrinillos, que si fuéramos un diccionario daríamos la definición de sobrinillo más o menos de la siguiente forma: “dícese del jugador de fútbol que juega casi siempre porque al entrenador le gusta su manera de jugar, aunque los aficionados no lo puedan entender. Fallan goles cantados, no dan un pase a derechas, defienden mal y no guardan la posición, o parece que visten la camiseta del contrario”.

A lo largo de los años en El Pucela nos hemos encontrado con jugadores como Diego Klimowicz, que con Sergio Kresic salía a jugar casi siempre y no metía un gol al arco iris, pero aún así jugaba casi todos los partidos, de titular o desde el banquillo, pero casi todos. El caso más claro de “sobrinillo” que yo he visto fue el de Pablo Javier Ricchetti. Se le fichó como lateral derecho y creo que menos en su puesto ha jugado en todos los sitios, y ya cuando Pancho Ferraro lo situó como medio centro organizador… en fin. O era familia o imposible de entender.

Ha habido otros jugadores muy criticados pero quizá no llegaran a ganarse el sobrenombre de sobrinillos como Álvaro Gutiérrez ¡la cantidad de balones que robaba!; Turu Flores; Sergio Pachón ¡vaya golazos metía en los entrenamientos!; Chino Losada triunfando por Asia, Hong Kong creo; O. J. Morales (casi ni me acordaba de él) o algunos que casi ni les hemos visto y lo que nos podrían haber dado como Figueredo, Guevara, Carmona (sí, el del Barça B) y muchos más.

En los últimos años algunos aficionados han considerado que había otro sobrinillo, pero qué casualidad que ha jugado con todos los entrenadores. Para Mendilíbar era imprescindible junto a Borja en el medio del campo; luego Onésimo continuó apostando por él al igual que Clemente, y eso que tenía la espalda hecha un cisco. Al año siguiente Antonio Gómez hizo que de nuevo cogiera la batuta del equipo pesar de las muchas voces que criticaban a Álvaro Rubio y el que le mandó al banquillo pero era su jugador número 12 ha sido Abel Resino.

Este año parecía que íbamos a tener nuevo “sobrinillo” con el nombre propio de Víctor Pérez, pero parece que el tiempo va dando la razón a los que han apostado por él y a la chita callando se va haciendo con el puesto. Personalmente me va recordando poco a poco al propio Álvaro Rubio, que parece que no está pero todos saben que pueden contar con él. Se nota más cuando no está que cuando está. Según dicen viene por recomendación de Marcos (como jugador era un hermano mayor y como secretario técnico un padrazo… todo queda en familia), y ese es todo un aval.

Al final lo que importa es que no hagamos el primo como el año pasado y que cuando llegue el final de temporada y subamos a Primera nos demos un abrazo de familia y brindemos con espumosos de Rueda toda la familia blanquivioleta. ¡¡¡Feliz 2012 familia!!!