SENTARSE A NEGOCIAR

Antonio Aragón | Periodista
19 de Noviembre de 2010

Antonio Gómez está abierto a negociación. Su 4-4-2 admite cambios, como los que el pasado domingo arrojaron luz a un Valladolid con la brújula averiada. De momento, al esquema base del madrileño le falta la asociación más lícita.


Una alianza de ideas capaz de generar desconcierto en el rival. De hacer temblar sus cimientos con imaginación y entendimiento balompédico. Es decir, que el talento se acerque y fluya con inteligencia justo desde donde mejor se abastece al perforador de redes.


No obstante, con el sistema que predica o predicaba (hasta el domingo no lo sabremos) el técnico madrileño las distancias se alargan y la pelota tiene que recorrer muchos metros para ir de una bota a otra, con lo que es más factible que, por el camino, se tope con la de algún adversario. Además, lo hace solamente con la frescura que se aporta desde los extremos, los cuales, tienen que alejarse del pico del área para rozar el esférico y confiar en un aventurado desborde del lateral para no atacar en inferioridad.


Entonces, que es lo que se considera oportuno desde estas humildes y profanas líneas. La presencia de uno o más futbolistas que acerquen por el centro el balón tanto a los arietes como a los costados.


Para ser más claros, se echa en falta la figura del media punta que juegue y haga jugar entre líneas. Un futbolista capaz de desahogar y de crear. Un jugador que posea la imaginación necesaria para contactar con la lanza del ataque en los metros en los que se empieza a oler el perfume del gol y el bullir del graderío advierte de la sensación de peligro. Una bombilla que apenas ha lucido esta temporada y algunos echan en falta encender. Más aún desde que se ha recordado a un ex miembro del equipo que será homenajeado en próximas fechas.


Ante el Celta, Gómez dio con la tecla en el momento idóneo. Un medio centro defensivo y dos interiores que dieron la vuelta a la tortilla con convicción. Cambiaron el aplastante dominio gallego por una mayor profundidad y presencia blanquivioleta. Copó la zona de tres cuartos de cancha con jugadores de toque que se asociaron más cerca del área, consiguiendo, así, que el cuero se aproximase al lugar donde quería yacer. Dos mejor que uno. Perfecto.


Inclinó hacia el lado contrario el campo y convirtió lo que era una sumisa existencia en una rebelión apresurada que, a cada metro que avanzaba, más fe tenía en el triunfo final. Y éste se produjo para regocijo de los protagonistas y de los fieles.


Ahora, el que carga con la decisión final, el mismo que reconoció que el dibujo táctico es innegociable, está sondeando la opinión de sus futbolistas (después del entrenamiento de esta mañana estuvo reunido con los capitanes). Se ha sentado a negociar y espera que de ese quórum, en el que intervienen otros condicionantes como el estado físico de los hombres clave y el adversario, se extraiga el máximo beneficio para los actores implicados. El "feedback" será el que antes del domingo le conduzca a un camino u otro.


Después del partido ante el Xerez, el resultado o el "feeling" que el Real Valladolid transmita será el que determine si su apuesta, sea cual sea, ha sido la más apropiada. No es que existan urgencias, porque bien sabido es que quedan demasiados meses hasta conocer el desenlace definitivo, pero el equipo debe curarse a domicilio y está a tiempo de hacerlo. Ante el Celta halló nueva vía y los jugadores mostraron arrestos.


Alea jacta est!