SE VEÍA VENIR

David de la Fuente | Diario de un aficionado
27 de Mayo de 2015
¡Lamentable! No tengo otro calificativo que describa mejor lo que ocurrió ayer en Zorrilla. Mira que había hecho una labor interna de decir “venga, estamos cerca de las eliminatorias de ascenso, voy a ir con buena actitud, buen ánimo y a disfrutar”. Pues no, ¡zas en toda la boca! Nos encontramos con un espectáculo bochornoso, con una actitud impropia de un equipo que representa al Real Valladolid, con un pasotismo increíble y, y , y. . .  que no quiero decir nada que luego queda reflejado para siempre.


Lo llevábamos avisando varias semanas, que estábamos decaídos, tristes y con la moral baja. Llegamos incluso a decir que nos aburríamos tanto como el año de Marcos Alonso y alguno se ha atrevido a decirme que me he pasado tres pueblos. Bueno, a los hechos me remito y creo que hemos sufrido, padecido una humillación por parte del equipo a la afición como no pasaba hace mucho tiempo. Eso sí, al menos nos han hecho despertar porque quizá lo peor que nos puede ocurrir es que seamos, que estemos indiferentes ante lo que pasa, y ayer despertamos con un grito casi unánime de ¡Rubi vete ya, Rubi vete ya!


Nunca he sido partidario de pedir que echen a nadie, a ningún entrenador, presidente, jugador o acomodador de ningún sitio porque no soy quien para jugar con el pan de la familia de alguien. Si echan a Rubi de su puesto de trabajo tendremos  otro parado más que engorde las listas del INEM, pero es que llega un momento en el que no puedes más y te dejas llevar por la mayoría. No seré yo quien diga que le echen porque para eso hay alguien que sabe más que yo, que se juega su dinero y que es el dueño de la empresa, pero sí diré que no me gusta cómo me están atendiendo, que no creo que como cliente se me esté dando el trato que merezco y que visto lo visto es lo que opinamos aproximadamente los 10.000 clientes/aficionados que somos y que vamos cada quince días a comprar.


Comentábamos partidos atrás que a pesar del añito que nos están dando teníamos confianza plena en el ascenso del equipo en las eliminatorias, que tenemos jugadores que con su personalidad pueden plantarse en el vestuario y en el campo y decir “aquí estoy yo y no os preocupéis por nada” como años atrás hizo el gran Víctor Fernández en el Benito Villamarín, que por cierto, mi más sincera enhorabuena a todos los béticos porque ellos sí han sabido entender este año y supieron reaccionar a tiempo aunque nos doliera que fuera a costa de Julio Velázquez. Ellos sí que estarán el año que viene en el reino de los cielos la temporada 2015/2016. Pero visto lo visto, esa personalidad brilla por su ausencia, y no quiero dejar de creer; no quiero dejar de creer que gente como Rueda, Óscar, Rubio o Roger nos van a llevar a Primera División. Me niego y 


Para ascender, para conseguir los logros y objetivos hay que tener carácter, personalidad y un par de convicciones, y si no se tiene que haya un líder que en el caso del fútbol tiene que estar en el banquillo que les convenza, que les haga reaccionar, sentir, vibrar. Significativo este año es que no hemos ganado ni un solo partido que no hayamos ido venciendo al descaso ¿qué nos pasa: horchata en las venas, mala condición física, pasotismo. . .?


O cambiamos y hacemos un ejercicio de catarsis interna, vamos, lo que toda la vida hemos llamado borrón y cuenta nueva o nos comemos otro añito en el infierno. Claro, que ya lo ha dicho el iluminado del entrenador que tenemos, que cambiando un par de cositas lo tenemos hecho. 


Que bueno, que buenos días a pesar del entrenador, buenos días y buena suerte ¡Aúpa Pucela!