A REMATAR LA FAENA

David de la Fuente | Diario de un aficionado
11 de Junio de 2012

Toda la semana esperando que llegara hoy y por fin llegó. Todo giraba en torno al partido de esta tarde. Demasiados acontecimientos deportivos para el domingo pero todos eclipsados por el partido contra el Córdoba. Jugaba Nadal, jugaba España, corría Alonso pero lo más importante es que jugaba el Pucela. Estábamos todos convocados por Djukic desde primera hora de la tarde. Primero en la parte de fuera del estadio y luego el plato fuerte dentro del estadio.

Preparamos el kit del buen aficionado y repasamos: camiseta, está; bufanda, está; bandera, por supuesto que está; trompeta para hacer ruido, también está; parece que hace fresco, así que cogemos también la sudadera y por tanto, está. Todo preparado y ¡no me lo puedo creer! Según estoy bajando para ir a coger el coche se para el ascensor ¡esto es increíble! Vamos a ver, no te pongas nervioso. Piensa. Vamos a ver qué hora es: las seis y cuarto. Bueno, hay tiempo. Lo primero pulsa el botón de alarma y luego poco a poco. Me contestan por el telefonillo, me dan un par de instrucciones para ver si lo puedo desatascar desde dentro y nada. Pues ale, a avisar al técnico y que venga. Les pregunto que cuánto pueden tardar y les apremio, que hay que ir a Zorrilla. Por suerte antes de las siete estaba fuera y ya solo me queda volver a pensar en el partido; pero el susto en el cuerpo no me lo quita nadie.

Aparcamos cerca del estadio y nos extraña no ver a casi nadie que suba andando a la altura del Miguel Delibes ¿será que ya está todo el mundo dentro? Así es, una vez que pasamos los carnés vemos que está casi todo el mundo en su sitio y gritando ¡Pucela, Pucela! Durante el calentamiento y viendo terminar el partido de España.

Comienza el partido. Nervios, tensión, dudas, esperanza, ilusión y confianza. Algunas palabras parecen contradictorias de otras pero es que es lo que sentía en el inicio. Todo junto, sin saber muy bien qué sentimiento era el que dominaba. Quizá cada segundo fuera uno y luego otro. El Córdoba está dominando ¡cómo me recuerda el partido al del miércoles pasado! Lo bueno es que con el tiempo fuimos nosotros los dominadores.

Nos miramos unos a otros como diciendo “lo que nos espera”, claro, que qué es lo que íbamos a esperar teniendo el año que llevamos ¡Si no hemos estado tranquilos ni un partido, no lo vamos a estar los de la promoción! Faltaría más. Cada jugada de dominio del Córdoba nos llevamos las manos a la cara. No queremos ver lo que pasa. Ahora parece que somos nosotros los que atacamos, y siendo sincero me pongo más nervioso porque no la hemos metido ¡Vamos Javi, la próxima es la tuya! Estoy seguro que hoy marca Guerra, lo intuyo y se lo digo al sufridor compañero que tengo al lado.

Nos vamos al descanso y hemos cantado poquitas veces. Unos ¡vamos mi Pucela, vamos campeón!, algún que otro ¡Pucela, Pucela! Y las palmas típicas; pero creo que nos puede la tensión tanto como a los jugadores.

Volvemos a nuestros asientos después del descanso, respiramos hondo, cerramos los puños y ¡vamos chicos, a por ellos! Esto es otra cosa, cómo jugamos, parecemos los de siempre. Remata Rueda y ¡uyyy! Al palo. La hemos tenido. Vendrán más seguro. Comienzan nuevos cánticos, pero ahora con más alegría. El equipo transmite otra cosa. Y se nota, se siente, Óscar está presente ¡gol, gol, gol, gol, gol, gol, gol! Nos levantamos, gritamos locos de alegría, pero ¡ojo! Estamos casi igual que antes, un gol de ellos nos dejan fuera de nuevo. Ovación de gala cuando el míster decide cambiar al Mágico Óscar. Todos en pie aplaudiéndole y coreando su nombre ¡Óscar, Óscar! Recupérate que te necesitamos. Eres increíble.

Este sí es Mi Pucela, no dejamos de animar y aparece ¿quién? Pues quién va a ser, como dice el “speaker” ¡Jaaaaaaaaaaaaaaavi! Y todos ¡Gueeeeeerra! Cómo la ha parado, regateado en un palmo de terreno, se ha quedado sólo, y como no podía ser de otra forma la ha metido. No digas gol, di Javi Guerra.

Ahora sí, parece que estamos un poco más tranquilos. Cambio. Se va Nau y sale Jofre. De nuevo todos en pie dando ánimos al canario. Ya estoy pensando en el cántico del sábado que viene en la Plaza Mayor ¡Nau quédate, Nau quédate! En fin, que como soñar es gratis. . . Lo primero que habrá que hacer es ganar la final de la promoción.

Y para rematar la faena, éxtasis total. Jofre nos deja un partido tranquilos. No me lo puedo creer. 3-0 y aún faltan cinco minutos. Vaya golazo. Lo podría firmar el mismísimo señor Raúl, así que podemos gritar desde aquí ¡Jofre selección! El novio de Laura se vuelve loco, nos da la mano a todos. Está como en una nube ¿sólo él? No, lo estamos todos y ansiosos porque pite el final que encima se está poniendo un poco feo.

Dos cosas para terminar: un gracioso “iros a Vigo, iros a Vigo” que cantamos todos y que bueno, no deja de ser una anécdota ¿no lo hubiéramos hecho nosotros? Yo creo que sí; y lo que sí ha sido lamentable es la actuación de algún jugador del Córdoba, que bueno, al menos se ha quedado sólo en el campo y no ha llegado la sangre al río.

¡Chicos, sois increíbles! Nos habéis traído hasta aquí y ahora no nos podéis dejar con la miel en los labios. Para los que se lo sepan es como el chiste del pingüino, que no nos podéis dejar así; para los que no se lo sepan, lo mismo digo, tenemos que rematar la faena, estar con el equipo hasta el final. Que cuenten con nosotros que vamos a volver a llenar Zorrilla, y si podemos iremos a Alcorcón. Vamos que no nos falta nada y que se note que #somosvalladolid.

¡Aúpa Pucela!