PRÓXIMA CITA, EL ASCENSO

Sara García | Periodista
3 de Septiembre de 2011

El humorista Leo Harlem fue el encargado de dar el pistoletazo de salida a las fiestas de la Virgen de San Lorenzo de Valladolid y, como no podía ser de otra forma, lo hizo dando pinceladas pucelanas y futbolísticas a su pregón.

El monologuista, que ya se metió al público en el bolsillo con la campaña de abonados del Real Valladolid, volvió a hacerlo con una abarrotada Plaza Mayor que esperaba ansiosa el comienzo de las fiestas y que, por primera vez, le escuchó en silencio. Sería porque, por fin, estaban de acuerdo con la elección del pregonero, ya que desde hacia tiempo circulaba un grupo en las redes sociales que le proponían a él.

Leo Harlem descartó los tópicos de que los vallisoletanos son fríos y sosos y recordó cuando llegó el angoleño Manucho al Pucela y prometió meter 40 goles. "¿Se puede ser más cachondo"?, dijo explicando que para entonces Manucho ya se había contagiado de la alegría de los vallisoletanos.

Corroboró sin embargo el frío y la niebla y propuso intercambiar temperaturas con alguna ciudad del sur, invitó al público a decir "¡bien!" cada vez que pronunciara las palabras Valladolid o Pucela y la gente obedeció fielmente, solicitó que se abrazaran con el de al lado y que hicieran una ola gigante que llegara hasta el río, pero o que más me gustó fue ese guiño al fútbol y a los aficionados: acabó citando a los vallisoletanos para volver a encontrarnos en la Plaza Mayor en el ascenso del Real Valladolid a Primera División.

Ojalá sea pronto y volvamos a ver la plaza llena, la misma alegría que en fiestas, y que el mismo color morado de los peñistas y de los globos que lanzaron al cielo inunde de nuevo la ciudad. Deseo de pregonero.