PREMIOS VALLADOLID CIUDAD DEPORTIVA

Julián Rodríguez Santiago | Columnista, ex árbitro internacional de fútbol
25 de Enero de 2010

Acostumbrados a que el llamado “deporte rey” (el fútbol) acapare a diario toda la atención mediática, y que sea el único motivo de tertulia deportiva, ver que los premios que se entregan en el Salón de Actos del Ayuntamiento se hacen en muchos casos a deportes de los llamados minoritarios (mas por el tirón mediático que por la talla de sus protagonistas), suponen no solo una justa recompensa al trabajo realizado, sino una oportunidad para reivindicar la labor de aquellos deportistas y dirigentes que no tienen habitualmente tanta cabida en los periódicos.


Que se premie a la labor infatigable de clubes modestos de nuestra ciudad (cada uno en sus respectivas disciplinas) como es el caso del CD San Nicolás, Aula Cultural o C.D. Trotapinares, suponen recompensar y hacer justicia con todas aquellas personas,  que en la sombra y sin más premio que la satisfacción del trabajo bien hecho, dedican gran parte de su vida en colaborar al fomento del  deporte.


Premiar a deportes minoritarios como el esgrima (a través de un árbitro de este deporte), al duro deporte del atletismo o al salvamento y socorrismo, debe hacernos ver que más allá de los deportes más mediáticos (caso del fútbol, balonmano o baloncesto por citar alguno de ellos), existen otras alternativas de ocio y de hacer deporte, que se brindan a nuestra juventud.


La elección de Mohamed Elbendir o de Porfi Fisac me parece muy acertada, y suponen no solo considerarlos los mejores de 2009, sino recompensar muchos años de trabajo, que posiblemente les hagan recoger más frutos en años venideros habida cuenta de su proyección y de su categoría como deportistas. A todos ellos enhorabuena.


También enhorabuena a los que reciben una mención especial por su trayectoria, entre los cuales se encontrará un servidor. Aquí no me queda más que decir en nombre de todos los galardonados muchas gracias al Ayuntamiento de Valladolid por el reconocimiento y muchas gracias a la ciudad de Valladolid por su constante apoyo. Ha sido un autentico placer y un orgullo llevar el nombre de Valladolid por toda España (y en algunos casos más allá de nuestras fronteras) durante todos estos años. En mi caso espero no haberos defraudado. Gracias de todo corazón.