POR EL BUEN CAMINO
He de confesar que hace unas semanas, tras la Wild Card disputada en tierras polacas, tanto por el juego del equipo como por la gran plaga de jugadores lesionados, mi moral se encontraba en un punto bastante bajo.
Me he cruzado con algunas personas que ponen en duda el trabajo de Juan Carlos Pastor. Para mí es casi dios, pues no creo que existan demasiados entrenadores capaces de sacar tanto rendimiento a los jugadores de los que dispone en la plantilla en cada momento. Así ha ido solventando el gran número de bajas que parecen haberse cebado con nuestro club.
Por supuesto que seguirá habiendo resultados negativos e inesperados como el que sufrimos en Antequera, pero partido a partido se va notando que todos los jugadores están por la labor de conseguir hacer UN EQUIPO.
Los veteranos tiran del carro, y los nuevos fichajes (algunos con más minutos disputados que otros) intentan adaptarse al sistema que los marca el entrenador, y quieren aprovechar al máximo las oportunidades que los brinda Pastor.
Especial mención para Davor Cutura, que tras la grave lesión de Óscar Perales que le mantendrá apartado de los terrenos de juego toda la temporada, parece que se ha dado cuenta de que tiene que ser él quien tire del equipo, y yo diría que lo está consiguiendo porque el nivel de su juego está muy por encima de lo que yo había visto con anterioridad. Ojalá aún no haya alcanzado su máximo nivel.
En Europa, el debut de nuestros chicos fue como todos esperábamos, y aunque la renta de goles conseguida es bastante alta de cara al partido de vuelta en Noruega, no es lo suficientemente definitiva como para que el encuentro se convierta en un mero entrenamiento.
Toda mi argumentación puede irse al traste después de esta semana atípica de balonmano.
En primer lugar, el miércoles hay un partido que se disputa por la mañana, cosa que no se produce desde hace infinidad de años. Esperemos que los jugadores del Cuatro Rayas Valladolid no salten a la cancha adormilados.
Y el domingo 30, el enfrentamiento contra el Reale Ademar León. No sé si la televisión ha impuesto el polideportivo Pisuerga por motivos de la retransmisión, pero particularmente este cambio de escenario no me gusta en absoluto, y de igual forma que a mí, soy consciente de que esta decisión no ha sido bien recibida por un gran número de aficionados.
No sé el porqué de que en este pabellón el público se muestre más frío que en Huerta del Rey. Tampoco el gran número de gradas que se encuentran vacías ayudan a que se cree un buen ambiente.
Si yo pudiese dar motivos a los vallisoletanos para que acudiesen en masa al polideportivo Pisuerga, los diría que a priori el partido es uno de los mejores enfrentamientos que se pueden ver en el mundo del balonmano, y que además, su presencia puede ser fundamental para lograr una victoria que para una inmensa mayoría de seguidores del Cuatro Rayas Valladolid significa mucho más que simplemente los puntos que suponen ganar el partido.
También se lo diría a los jugadores, sobre todo a los recién incorporados, que es el derby por excelencia, que lo disfruten, y a por ellos.
¡Quiero una victoria!