OTRA VEZ ILUSIONADO
Mi intención era la de haber escrito con anterioridad para intentar trasmitir a todo el mundo la enorme ilusión que me invade, al igual que me ocurre durante todos los inicios de las campañas, pero no he podido hacerlo antes debido a una serie de tareas que tenía pendientes, y que por mi lentitud en realizar las cosas, me han mantenido ocupado.
Parece que fue ayer cuando nos despedíamos de la pasada temporada de balonmano, y sin apenas darnos cuenta del tiempo transcurrido, ya nos encontramos en el inicio de una nueva etapa.
El parón veraniego, aunque corto en el tiempo, ha resultado ser de lo más intenso debido a un acontecimiento inesperado que ha sacudido la liga asobal.
Mi primer encuentro con el equipo fue el día de la presentación en la plaza del milenio. El acto estuvo amenizado por Martín Luna, todo un crack en cuanto a humor se refiere, pero que gracias a Dios aún no es miembro de la plantilla del club como jugador en activo.
Es verdad que algunos jugadores importantes han abandonado la disciplina del Cuatro Rayas Valladolid, pero no es menos cierto que los fichajes realizados por el club los considero bastante correctos. Ellos son, junto a los demás componentes de pasadas temporadas los encargados de llevar a buen puerto el objetivo que se marcó Juan Carlos Pastor durante la presentación, elaborar UN EQUIPO.
Lo escribo en letras mayúsculas porque no puedo estar más de acuerdo con el maestro. Siempre ha sido muy importante elaborar un bloque compacto, pero en estos tiempos de bastante calamidad económica (sobre todo para el mundo del balonmano) en el que hacer grandes dispendios está al alcance de muy pocos clubes, esta circunstancia es todavía más importante.
Ya quedó demostrado el año pasado durante cuarenta minutos de ensueño en el enfrentamiento contra el todopoderoso Hamburgo alemán, en el que los grandes jugadores se minimizaron ante el baño táctico que sufrieron a manos de nuestro EQUIPO.
Hace pocos días que los aficionados tuvimos la oportunidad de ver a nuestra plantilla en acción. Fue ante el Academia Octavio de Vigo que regresa este año a la liga asobal (de lo cual me alegro enormemente por motivos personales). El partido sirvió para que nuestros jugadores lucieran la nueva equipación para la presente campaña.
Poco más, el encuentro solamente fue un enfrentamiento de pretemporada que llega demasiado pronto para que los aficionados de a pie podamos sacar conclusiones. Para quien tiene que resultar interesante es para el entrenador del equipo, en su afán por conseguir el objetivo marcado durante la presentación.
No tengo ningún dato para hacerme una idea de cómo ha transcurrido la campaña de abonados, pero en absoluto soy optimista en torno a este punto, pues ya ha quedado demostrado en años anteriores que la ciudad de Valladolid no apoya suficientemente a su club de balonmano, aunque tal vez haya que cambiar el discurso tras lo ocurrido durante el verano, y sea este deporte a nivel nacional el que no vende lo suficiente, ya que después de ver que en Ciudad Real saliesen a la calle solamente cuatrocientas personas para tratar de evitar la desaparición de su club (con todo lo que eso conlleva para una ciudad), mi opinión respecto a la afición de Valladolid ha cambiado, y ya no pienso que seamos tan pocas las personas que apoyamos al equipo allí donde juegue. Muchos serían los clubes que se sentirían tremendamente orgullosos de tener una afición como la nuestra.
Tengo unas ganas locas de que dentro de pocas semanas comience la liga.
Para mí, el objetivo fundamental tiene que ser el de superar el quinto puesto conseguido la temporada anterior.
¡¡Estoy ilusionado!!