¿NO HAY AFICIÓN EN VALLADOLID?

Quique Ríos | Aficionado
17 de Noviembre de 2010

Es muy bueno “conocerse a sí mismo”, como dijo el filósofo, antes de criticarse, y por ello, ante el canturreo de que en Valladolid no hay afición, sería bueno empezar por situarnos donde nos corresponde, como ciudad y como provincia. Tienden a creer algunos que los números que ofrecemos al mundo en nuestra asistencia a eventos deportivos es mísero, pero antes de hacer la crítica con la habitual crueldad con que se hace en nuestra tierra, deberíamos saber quienes somos. Con nuestros 320.000 habitantes en la capital, y poco más de 500.000 en la provincia, Valladolid se sitúa en la 13ª ciudad más poblada de España, y la 30ª provincia con más habitantes. Es decir, no estamos precisamente en puestos de Champions League en cuestiones demográficas. Por eso, hacer afirmaciones tan brutas sin saber si realmente podríamos ser más, supone una grave injusticia.


Empecemos por Galicia, y veamos que desde que el Deportivo de la Coruña está de capa caída, ofrece apenas 20.000 espectadores en su Estadio y no tiene otro deporte que compita con el fútbol; sin embargo tendemos a alabar a la afición del Depor en desdeño de la del Pucela. Pues bien, la capital es similar a nuestra ciudad, pero la provincia tiene ochocientos mil habitantes más. En la Terra Galega solo Pontevedra podría comparársenos, donde tienen el Celta de Vigo y varios equipos de Balonmano en segunda división, y presentan buenas entradas en los partidos de fútbol, y nefastas (no más de 300 personas) en balonmano, con una población total que supera la de Valladolid en cuatrocientos mil habitantes.


Si damos una vuelta por Asturias veremos cómo el único deporte seguido en esta Comunidad uni-provincial es el fútbol, que ofrece un Sporting en Primera, y Oviedo, Avilés y otros en Segunda B. Pues bien, el último año en primera del Valladolid, con 19.000 socios, tenía 3.000 socios menos que el Sporting, que es de una ciudad de 280.000 habitantes y de una provincia con más de 1 millón. Tiene mucho mérito lo del equipo de Mareo, pero no hay más. No hay otro deporte. Son ciudades muy similares, pero Gijón tiene un área de influencia con más habitantes que toda nuestra provincia.


Cantabria, donde juega el Racing, (y ya no juega nadie más una vez que permitieron desaparecer al Teka Cantabria de balonmano y el Lobos Cantabria de baloncesto), tiene 50.000 habitantes más que Valladolid. Su equipo de primera división tiene casi los mismos socios este año que el Pucela en Segunda, y el año pasado tenía cerca de 5.000 menos. Los números no nos ponen por debajo de los cántabros.


El País Vasco ofrece varias posibilidades, pero Álava, con un Alavés en Segunda B y no llegando a 7500 personas de asistencia media, y el Caja Laboral de Baloncesto, que llega a sumar una masa social de 7.500 socios en un equipo de con el tercer presupuesto de España, se podría decir que “no es para tanto”. Veríamos qué pasaría sin la inversión del Gobierno Vasco y las Cajas de Ahorro en el antiguo TAU.


Vizcaya, con su Athletic, sus equipos de Segunda y Segunda B, su Bilbao Basket y su Arrate de balonmano, tiene  1.146.421 habitantes; más del doble que toda la provincia vallisoletana. No podemos compararnos futbolísticamente, porque es imposible. Sí en el resto de deportes, pero no en población.


Guipúzcoa tiene 200.000 habitantes más, y solo la Real Sociedad y el Bruesa ofrecen competencia a ese nivel. Más masa social en los dos casos, pero han dejado perder otro tipo de deportes, como el balonmano en que en otro tiempo fueron punteros.


Navarra, Comunidad uniprovincial y con una capital similar a Valladolid, tiene una oferta deportiva que carece de baloncesto, pero que no está nada mal, puesto que lo compensa con Fútbol Sala de élite. Sin embargo, teniendo un número de socios del Osasuna inferior al que tuvo el Real Valladolid en su última temporada en primera, decae el mito también de que el estadio Osasunista tenga muchos más seguidores, sino que se demuestra que el Estadio es más pequeño y parece más lleno. Es más, en esa última temporada en primera de los dos, el Real Valladolid tuvo 6.000 socios más que el equipo Pamplonica. En cuanto al balonmano, el Universitario de Pamplona no presenta nunca entradas de más de 1000 personas, siendo generosos.


Con Aragón no podemos hacer una comparación real, puesto que ni Huesca, ni Teruel ofrecen comparación posible, y Zaragoza tiene una zona metropolitana con más de 700.000 habitantes, es decir 200.000 más que toda nuestra provincia. Así las cosas, ofrecen tres equipos de élite en los que en cuestiones futbolísticas superan a Valladolid por mucho, pero no lo superan ni en balonmano, ni en baloncesto, ni por tradición, ni por número de aficionados.


Cataluña está tan influenciada por el Barça y sus secciones, y por Barcelona en general que tampoco ofrecería una comparación justa, pero si quitamos su capital, podemos ver cómo Tarragona tiene trescientos mil habitantes más que nuestra provincia, y solo ofrecen un equipo en Segunda División de fútbol con muchos menos socios. Lérida perdió su equipo de fútbol y Girona lo tiene en segunda división después de perder el “fenómeno” Akasvayu en basket, y eso que su provincia acoje a más de 700.000 habitantes.


Si nos vamos a Levante, y descartamos la comparación con Valencia, cuya provincia tiene tantos habitantes como toda Castilla y León, podemos decir que sin el tirón del Villareal y el dinero de Porcelanosa, Castellón ofrecería poca cosa salvo el Playas de Castellón de Fútbol Sala. Alicante, con casi 2 millones de habitantes, tiene el Hércules y el Elche, el Lucentum en baloncesto, y poquito más. Ninguno consiguió superar los números del Valladolid en Primera División, ni con los multimillonarios fichajes del Hércules.


Sin salir de la zona, aunque en otra Comunidad, podríamos compararnos con Murcia, y algunos engreídos creerán que Valladolid y la comunidad “huertera” son comparables, pero habría que decirles que la uniprovincial Murcia tiene casi 1 millón y medio de habitantes, es decir, tres veces más que nuestra provincia, y cinco veces más que nuestra capital. Con todo y eso, salvo por el Pozo de Murcia de fútbol sala, pierden con rotundidad en la comparación.


Debemos dejar al margen a Madrid (incomparable igual que Barcelona, Zaragoza, Sevilla o Valencia), y Comunidades como Extremadura (sin equipos de élite), La Rioja (sin equipos de élite salvo el Naturhouse de balonmano), o Castilla La Mancha (sin equipos de élito salvo en balonmano), y nos quedaría analizar las islas y Andalucía. Sí me gustaría destacar que provincias como Badajoz o Toledo tienen 100.000 habitantes más que Valladolid, y una situación que no compararé por no querer sacar las vergüenzas a nadie.


Mallorca, con un equipo en Primera con menos socios que el Valladolid en Segunda, y un Menorca en baloncesto, no ofrece tampoco mejor situación que la vallisoletana. Si vamos a Canarias, y queremos compararnos con Las Palmas o Tenerife, deberemos tener claro que las dos abarcan unas provincias con más de 1 millón de habitantes, y salvo sus equipos de fútbol y el Canarias de baloncesto, no hay más deporte de élite con el que comparar. La Unión Deportiva Las Palmas sí tiene más socios que el Real Valladolid, pero también tiene mucha más población, y Tenerife ni tan siquiera puede decir que haya tenido más socios, puesto que siempre han estado a la par, incluso algo por debajo.


Por último Andalucía. Con Sevilla al margen, que tiene casi 2 millones de habitantes, y un fervor casi incomparable en su fútbol, aunque no así en ningún otro deporte, podemos decir que Almería tiene menos socios en Primera División de Fútbol que el Real Valladolid en segunda división, con una provincia con 100.000 habitantes más. Cádiz, que vive solo del fútbol, en la capital tiene un seguimiento singular superior a Valladolid, pero un seguimiento ínfimo en Jerez, con 6.000 socios; sin más oferta deportiva, salvo la afición peculiar del Cádiz, no pondría esta provincia por encima de la nuestra. Si paramos en Córdoba vemos que solo tienen un equipo de fútbol en segunda con 9.000 socios, y una población de 800.000 habitantes, es decir, casi el doble que Valladolid, con un solo equipo de élite y menos socios. Caso parecido es el de Huelva, que este año ha terminado con apenas 9.000 socios en el caso del Recre, y no hay más, con unas provincias similares. Jaén, de la que se podría decir poco porque tiene poco que ofrecer a nivel deportivo, es otro caso de comparación positiva para Valladolid, puesto que la provincia andaluza tiene casi 150.000 habitantes más que la nuestra. Por otro lado, querer compararnos con Málaga es un ejercicio de chulería que no me querría permitir, pero es que la provincia malagueña tiene 1 millón y medio de habitantes, y su capital supera con mucho los 600.000; sin embargo, su equipo de fútbol tiene (Jeque incluido), más o menos los mismos socios que tenía el Valladolid en Primera División.


Ceuta y Melilla no entran en esta comparativa


Conclusión: seamos realistas, sepamos cuantos somos y comparémonos con el resto de España, y después, hagamos un análisis concienzudo del verdadero mérito que tiene nuestra ciudad, que es capaz de dar soporte para el fútbol, el baloncesto, el balonmano, el rugby, el tenis de mesa, el jockey patines en línea, el baloncesto en silla de ruedas, y un largo etcétera de deportes de élite. Por tanto, dejemos ya de decir que en Valladolid no hay afición, puesto que en Valladolid hay más afición que en más de la mitad de las provincias españolas. En Valladolid hay más afición al fútbol y a otros deportes que en 3 provincias de Cataluña, en 2 de la Comunidad Valenciana, en Murcia, en Canarias, en Baleares, en Castilla La Mancha, en 3 provincias gallegas, en Extremadura, una provincia vasca, en Navarra, en 2 provincias aragonesas, y en Cantabria. Podemos mirar a la cara a nivel deportivo, quizá con menos en fútbol a Asturias, y a algunas provincias andaluzas mucho mayores que la nuestra.


Si es así, y asumimos que Madrid, Barcelona, Vizcaya, Valencia, Zaragoza y Sevilla están fuera de concurso por su tamaño, y tenemos en cuenta que provincias inmensamente más grandes como Alicante, Málaga, Tenerife o Murcia, no deberían mirarnos por encima del hombro, considero que ese mito de la falta de afición de Valladolid es una muestra más de ese carácter castellano que cree que, por ser más crítico que nadie consigo mismo, parece que sabe más. En este caso, el castellano falla y comete un grave, e injusto error. Valoremos lo que tenemos en su justa medida, y de una vez por todas empecemos por saber realmente quién somos, y cuantos podemos ser. No creo que siendo justos se pueda pedir mucho más, aunque siempre sería deseable.