NI LOS MÁS VIEJOS DEL LUGAR

David de la Fuente | Diario de un aficionado
1 de Octubre de 2012

Después de la cara de tontos que se nos quedó el día del Betis, llevábamos esperando como agua de mayo el siguiente partido en casa para demostrar lo que valemos, que aquél día fue un mero accidente y que somos Valladolid y no lo hemos dejado de ser. Han sido tres partidos seguidos perdiendo, pero lo único que habíamos perdido era el resultado, porque lo que es la fe y la confianza en el equipo seguía intacta, y así se lo hemos demostrado a los jugadores con una ovación de gala cuando han saltado al campo.

Uno de los que pedía un buen partido era Pablo que hoy celebraba su cumpleaños. Y vaya si ha tenido buen regalo. Encima los cuatro primeros goles han sido en “su portería” del fondo que da al Real de la Feria, que siempre empezamos jugando al otro lado.

Empieza el partido de forma rara. Tiene la primera ocasión Bueno y la falla por poco. Nos pillan en una jugada tonta, en un despiste (el único del partido) y nos la clavan. Todos con la cabeza abajo y murmurando “anda, que estamos como para meter dos goles y remontar. . . “

Y gira el mundo gira, como dice la canción. Gira el partido y comienza el delirio. ¡Bang, bang, bang, bang! Cuatro goles como cuatro soles. Primero Bueno que ya cazó la semana pasada y se lo merece por todo lo sufrido este año y por lo bien que juega; luego sigue “La Pantera Negra” con un salto increíble a pase de Mágico Óscar ¡pero cómo puede jugar tan bien al fútbol! ¡Vicente anota este nombre en tu libreta: Óscar selección ya! Y Óscar mete el tercero de manera magistral. Si lo mete así Raúl ya lo tenemos veinte veces en la tele hablando de la famosa palanca de Raúl. Y el cuarto ¡Vaya con el cuarto! La moto Rukavina, ¿es un pájaro, es un avión? No, es Rukavina.  Comentábamos al descanso que atacando así ¿para qué necesita defender? Y con acierto uno de atrás me dijo que por ejemplo para que no nos colasen el gol del Rayo. Nada que objetar.

Segunda parte y nos frotamos las manos. No nos lo creemos. Cánticos del ¡vamos mi Pucela, vamos campeón! ¡Pu, Pu, Pu-ce-la! Incluso la ola, que no me gusta nada, pero hoy lo merecía. Seis goles como seis soles. Ni los más viejos del lugar. Nos preguntábamos si alguno había visto algo parecido y todos hablábamos del año pasado del partido de Copa contra el Nástic; alguno mencionó el 3-8 de Oviedo, pero en casa nadie recordaba algo así; pero seis en Primera nadie. Luego me he enterado que en los años 90 cuando jugaba Moya le metimos seis al Tenerife. Yo debía de estar por ahí, pero no me acuerdo.

En fin, que una goleada para recordar porque puede que no lo volvamos a ver nunca más, pero que nos quiten “lo bailao”. Yo he disfrutado, he gozado, me lo he pasado bien y he salido eufórico del estadio; las caras de todos se nos veían relajadas, con una sonrisa de oreja a oreja ¡pffff! ya podemos respirar y darnos cuenta de lo que hemos visto.

Lo importante es que tenemos tres puntos más, que falta un poquito menos para lograr los 43 para la salvación. Que estamos jugando como los ángeles, como jugábamos el año pasado y así vamos a disfrutar. Jugamos bien con el balón y defendemos mejor, porque la clave está en que recuperamos la pelota en el centro del campo muy rápido y estamos cerca del área. Y solo ver cómo juegan Rubio, Óscar o Bueno es una gozada, y hoy, por supuesto Manucho, que solo le ha costado tres años jugar así, pero nunca es tarde si la dicha es buena.

El sábado que viene El Español, y que se preparen porque hemos vuelto para no marcharnos. ¡Vamos Pucela, vamos campeón!