NADA ES IMPOSIBLE

David de la Fuente | Diario de un aficionado
10 de Marzo de 2014
A toro pasado es muy fácil subirse al carro del “sabía que hoy ganábamos” pero es que es verdad. Tenía el pálpito de que nos tocaba ganar. Nosotros vamos a más y el Barcelona a menos. Ellos están en un bache de juego, de identidad y crisis institucional que por mucho que nos intenten vender que no afecta en terreno de juego eso es imposible. Es como si nuestro jefe tiene problemas en su casa y nos dice que en la oficina no le afecta ¡anda ya! A otro con ese cuento.


Y en estas estamos que subimos un reguero de gente a Zorrilla, se ve un montón de camisetas blanquivioletas de todas las temporadas y con cara de decir ¡vamos! Nos da igual que salgan con su equipo de gala, con una delantera con Pedro, Messi y Neymar, con Xabi, Busquets y Fábregas por detrás, como quien dice unos cualquiera, pero y eso ¿qué es para nosotros si tenemos a 25.000 jugadores defendiendo a nuestro equipo? Bueno, 25.000 no porque también se veían bastantes camisetas de ellos. Me reía en el estadio porque me dice el de al lado “anda, que se han venido todos los que salen en la serie de El Príncipe con la camiseta del Barça a Pucela” y empieza el partido y a sufrir.


Mi sentimiento es que nada es imposible (en inglés queda muy bien pero lo mismo Sara, mi vecina de columna se me echa encima. . .) que podemos, que somos once contra once y el partido hay que jugarlo. No cabe ni un alma en la Preferente B ni en ningún sitio; llega tarde el de siempre aunque hoy con excusa por la cola de fuera y nos hace encoger las piernas para que pase por la estrechez del pasillo de los asientos. Los cánticos se oyen desde el primer minuto; estamos concentrados y sabemos que nos jugamos mucho y no es bueno tener la necesidad de ganar contra el Barça ¿o sí?


Somos 25.000 gargantas unidos por el color  blanquivioleta y por una vez estamos apoyando todos, no como otras ocasiones que vale más ser los pocos de siempre que muchos y criticando. Y da gusto ver las gradas, y da gusto que el color del estadio sea el morado y no porque sea el color de los asientos. Y estamos vibrando, y está el equipo jugando muy serio, cómo nos gusta; y está un centro del campo campeón del mundo juvenil frente a frente: Rubio vs Xabi, y el arquitecto volvió a dar una lección magistral como cuando nos levantó de los asientos con el corte del contraataque a Pedro y su doble recorte en el centro del campo que todavía le están buscando la cadera; y el equipo corriendo, luchando y, y, y, y ¡con un par! Di que sí.


Y llega el momento mágico de la tarde, centramos al área como podemos, intentamos tirar a puerta como podemos, le llega a Rossi medio mordida, pero lo ve claro y llega el momento que David tira la piedra a la frente de Goliat y este cae en el suelo y no se vuelve a levantar. Y nos volvemos locos con nuestras banderas y bufandas al viento. Y nuestros gritos de Pucela, Pucela que se oyen ya no en Zaratán sino en Wamba. Y sorprendentemente lo que nos decimos los unos a los otros no es que a ver si aguantamos el resultado, sino que tenemos que ir a por otro, que los tenemos noqueados.


Pero claro, somos el Pucela y no íbamos a ganar fácil y menos al Barça. Sufrimos y sabemos sufrir. En momentos nos damos cuenta es cuando volvemos a cantar nuestros ¡vamos mi Pucela, vamos campeón! Lo pasamos mal un ratillo y les intentamos convencer a los jugadores que ¡sí se puede! ¡Sí se puede! Que claro que saben que se puede. Y nosotros cerramos los ojos como cuando éramos pequeños y te crees que si deseas algo muy fuerte, muy fuerte se cumple, y lo deseamos con todas nuestras ganas y nuestro deseo cumplido. Hernández Hernández (sí, el de Valencia) pita el final y nos quedamos aplaudiendo hasta el infinito y más allá porque creemos en nuestro equipo, porque sí se puede, porque “impossible is nothing”, porque nada es imposible y nos creemos que somos de primera, que estamos aquí porque nos lo merecemos y que vamos a quedarnos por mucho tiempo.


Y si hemos ganado al Barcelona ¿por qué no vamos a ganar al Sevilla? ¿Y al Almería? Y si me decís que paso a paso, pues hoy no, dejadme disfrutar de este momento que llevamos un añito que nos lo merecemos ¡vamos mi Pucela!