MAL SABOR DE BOCA
Con esta frase resumiría lo acontecido durante el pasado fin de semana en Ciudad Real. Ese fue el lugar elegido por la Peña Esgueva para organizar el último desplazamiento de la temporada para acompañar al equipo.
Desde aquí quiero destacar la inmensa gratitud que profeso a todos sus miembros por haber hecho posible el sueño de que yo pudiese disfrutar con ellos de los desplazamientos al haber contratado los servicios de un autocar adaptado para minusválidos. Anteriormente, en dos ocasiones, realicé viajes en vehículos convencionales, y el desplazamiento resultó ser un calvario tanto para mí como para las personas que se encargaron de cargar conmigo para conseguir subir y bajar del autocar, así que ya había dado por asumido el que yo nunca podría vivir un partido de nuestro club lejos de Valladolid, así que no se pueden hacer ni la más mínima idea de lo que ha supuesto todo esto para mí. Los viajes son posibles gracias al tremendo esfuerzo de mi mujer, y a la ayuda recibida por otras personas a las que nunca olvidaré.
Ya he hablado en otras ocasiones del mal hacer de la Asobal y de la Real Federación Española de Balonmano, y yo evidentemente tampoco tengo una solución milagrosa para arreglar nuestro deporte, pero era un pecado ver la entrada que presentaba el Quijote Arena. Vale que en Ciudad Real nadie daba un céntimo porque el club se proclamase campeón de liga en la presente campaña, pero un enfrentamiento entre los equipos clasificados en segundo y cuarto lugar en la liga Asobal, al menos 'a priori' se supone que va a ser un choque atractivo (aunque luego resultó ser un encuentro pésimo), y era un motivo más que suficiente para que el pabellón ofreciese un mejor aspecto.
Lo único digno de destacar es la relación que los miembros de la Peña parecen tener con seguidores de casi todos los equipos, y que una vez más, nos permitió hacer amistades con aficionados del mundo del balonmano.
Mal sabor de boca por el resultado, pero sobre todo por el mal juego realizado. Yo desconozco los condicionantes que rodearon al equipo durante el fin de semana, pero me dio la impresión de que el Cuatro Rayas BM Valladolid saltó a la cancha con poco ánimo de competir, y que nuestros jugadores salieron a la pista derrotados, cuando un simple empate ante el Renovalia Ciudad Real (muy difícil, pero no imposible) nos hubiese dado un punto de oro tal y como están las cosas en la lucha por la tercera plaza de la liga.
Es curioso, pero si en la Copa del Rey experimenté un subidón de adrenalina, tras este partido me inundó un desánimo tal, que creo que influyó hasta en el cansancio físico del fin de semana.
Creo que nadie duda sobre mi apoyo incondicional al club, y al igual que yo otras muchas personas; solamente pretendo que mis palabras supongan un toque de atención para los dos próximos partidos, ya que con el juego desplegado en Ciudad Real va a ser difícil ganar incluso al Quabit Guadalajara, y ni que decir tiene del enfrentamiento durísimo contra el Reale Ademar León. El derbi para algunos solamente son dos puntos en juego. Para mí es algo más; estoy realmente harto de leer sandeces de muchos aficionados de León en contra de seguidores del Cuatro Rayas BM Valladolid. Mi paciencia ha llegado incluso a hacer que ya no visite algunos foros sobre balonmano por no leer comentarios que son realmente hirientes, y que van más allá de una simple rivalidad deportiva.
Espero estar equivocado, pero creo que el polémico Héctor Castresana -que pone fin a su carrera como deportista de élite en Valladolid- va a venir a nuestro campo con un espíritu provocador, y espero que nuestra hinchada no responda y se comporte de manera señorial.
Solamente pediría a los jugadores un último esfuerzo a pesar del calendario de locos que han tenido que sufrir durante toda la temporada.
¡A quitarse el mal sabor de boca!