LUCES EN LAS ZAPATILLAS
Primera edición de la Carrera Ríos de Luz que tiene un recorrido espectacular por el centro de Valladolid. No abarca todos los edificios iluminados de la ciudad pero sí la mayoría. Precisamente por ser su característica principal el recorrido iluminado de Valladolid se corre por la tarde noche y podemos apreciar así la belleza de nuestros monumentos.
Antes de dar comienzo a la salida el presentador se encargó de recordar varias veces que se trataba de una prueba no competitiva y que por ello no había clasificaciones ni premios para los vencedores. Se trata de correr por el simple hecho de correr y ser un poquito solidarios con la ONG Entreculturas de ayuda a Etiopía. Al acto de presentación también contribuyeron con su presencia y sus palabras Mayte Martínez, que recordó de nuevo que se trataba de una competición no competitiva, y el alcalde de Valladolid, Francisco Javier León de la Riva.
La carrera transcurrió por las calles céntricas de Valladolid con salida en la Plaza del Milenio engalanada para la ocasión, continuando por el Paseo de Isabel la Católica y primer giro a la derecha para ver la Iglesia de San Agustín, a continuación Plaza de San Miguel y dando un pequeño rodeo se emboca la calle de Felipe II para encontrarnos de frente con la magnificencia de uno de los edificios más turísticos de la ciudad como es la Iglesia de San Pablo.
Continuó la carrera por una calle de las Angustias, abarrotada de público, giro en la Plaza de la Libertad para encontrarnos con la Plaza de Portugalete y poder apreciar las casi juntas Catedral e iglesia de La Antigua. Se recorre de nuevo calle de las Angustias buscando el Palacio de Fabio Nelli, de ahí al convento de las Clarisas que por el buen tiempo que hacía seguro que alguien había llevado días antes una docena de huevos a las hermanas que lo habitan y finalmente llegamos de nuevo al Paseo de Isabel la Católica que si bien parece llano, al final de la carrera se notaba perfectamente que dirección a la Plaza del Milenio donde estaba la meta pica hacia arriba.
Carrera como se ha dicho no competitiva que según la organización contó con más de seiscientos atletas cuyo objetivo era divertirse, hacer un poco de deporte y ver lo bonita que está la ciudad iluminada por la noche. Prueba de ello fueron las muchas caras conocidas de los atletas populares vallisoletanos, los numerosos grupos de amigos que corrieron juntos al trote, e incluso un patinador que iba disfrutando del recorrido en la cola del pelotón para no herir susceptibilidades de nadie. Una bonita tarde de atletismo que esperemos se pueda repetir en años venideros.