LA REVÁLIDA DE ABEL
Abel Resino se enfrenta este domingo a un examen de reválida frente al Betis en el Nuevo José Zorrilla. Cierto es que los verdiblancos no llegan en su mejor momento, pero han demostrado que son mejor equipo y lo indican sus números en el presente campeonato. El encuentro podrá medir el estado de un Real Valladolid que trata de recuperar una forma de juego ante un Betis que quiere volver a la primera posición.
Si gana, el Valladolid crecerá en confianza. Algo fundamental para despertar de la pesadilla de ver truncado el mayor de sus objetivos: el ascenso. Si el equipo vence al Betis, que desde que le ganó al Barça no levanta cabeza, la dinámica del equipo terminará de cambiar por completo. Puede marcar el fin de una racha que le ha dejado fuera de juego.
Pero si pierde, volverá a caer al lugar de donde salió una semana antes, un poco más tocado y con menos tiempo para reaccionar. La situación pasaría a extremadamente peligrosa. Cualquier otro error o derrota asestaría una puñalada mortal al equipo, que se vería avocado a las cloacas de segunda división. En ese caso, la cabeza de Abel Resino estaría corriendo grave peligro. De hecho, son muchos los que se extrañan de por qué no se la han cortado ya hace un par de semanas.
Lo mejor no sería echar al entrenador, al menos en mí opinión. Cuando cesaron a Antonio Gómez ya me declaré partícipe de que el que viniera lo hiciera para toda la temporada. Y sigo pensando lo mismo ahora. Otra cosa es la nefasta política de fichajes, por ejemplo, auténtico culpable desde mi punto de vista de gran parte de la paupérrima situación del Real Valladolid.
Adentrados ya en la segunda vuelta de la competición, me tienta recordar el 2-1 que el Betis le endosó al Valladolid en el Benito Villamarín, cuando tan sólo se llevaban cuatro jornadas. Qué bien pintaban las cosas. Y a pesar de aquella derrota, no se podrían haber imaginado cuanto se iban a hundir. Después del partido de vuelta, será inevitable hacer una comparación entre el Real Valladolid de entonces, candidato al ascenso (y con Antonio Gómez), y el equipo que ahora trata de salir a la superficie de la tabla.
Abel Resino tiene una oportunidad de oro para ganarse a parte de la afición vallisoletana. Jugando en casa, ante su público, la plantilla podrá certificar una notable mejora y Abel Resino, conservar la cabeza, tan cuestionada en el último mes. El toledano afronta este domingo su examen de reválida y qué mejor que ante el Betis para dar otro paso hacia luz del final del túnel.