LA LIGA NUNCA ES FIABLE
Desde el Real Valladolid de José Luis Mendilibar de la campaña 2006/2007 no había un equipo tan fiable en Segunda como el Real Betis actual. El equipo verdiblanco retornaba tras las vacaciones con un partido, que sobre el papel, era asequible. Recibía en su inexpugnable estadio al penúltimo clasificado. Un Gimnástic de Tarragona que tan sólo sumaba 13 puntos de 51 posibles. En cambio el Real Betis había conseguido 39, el triple que su rival. La victoria se daba por segura, y la goleada, por qué no decirlo, también.
Pese a toda esta presentación del partido, el encuentro terminó con un soso 1-0 con gol de penalti. Ni goleada, ni baño de juego. Esto es fútbol, esto es Segunda división española y nada se puede dar por seguro. Eso si, nadie te asegura que enfrentarte a un equipo de tu mismo nivel, aspiraciones y presupuesto no pueda terminar en goleada. El mejor ejemplo es el partido entre la Ponferradina y el Numancia. La goleada soriana, que deja sin trabajo al entrenador berciano José Carlos Granero, es el ejemplo junto a la ajustada victoria del Betis de que la Liga adelante no entiende de roles ni de suposiciones.
Año nuevo, mismas rachas. Para el año nuevo prometo luchar por la institución, dicen algunos jugadores. El club, por su parte, promete hacer las cosas mejor y los delanteros, los más importantes, prometen anotar goles que en el año anterior eran inviables. Pero las promesas con la primera jornada quedan en el olvido porque al volver a la realidad todo es igual, para bien o para mal no cambia nada. En el aspecto positivo los delanteros en racha siguen anotando goles. Alex Geijo volvió a dar tres puntos a su equipo con un gol ante el Alcorcón. Su decimocuarto tanto de la temporada deja a su equipo en una buena posición y al hispano-suizo en un lugar privilegiado de los goleadores. También hay que citar la buena racha del Xerez. Desde la goleada al Real Valladolid los de Javi López han encadenado una racha muy positiva que les coloca en puestos de mérito deportivo y promoción.
Para que un equipo gane, un delantero anote tiene que darse un rival, un verdugo. Y en este caso las malas rachas continúan. El sexto empate consecutivo del filial del Barcelona, el tercer partido de Abel Resino en el banquillo del Real Valladolid sin conocer la victoria o la nueva jornada que el Tenerife pasa sin ganar, y en descenso, son ejemplos de que por mucho que se cambie de año los problemas y las deficiencias de unos y de otros son las mismas.
