LA HUMILDAD POR BANDERA

Uno siempre se alegra cuando tiene que contar un título o un éxito de un equipo cercano. Pero cuando el triunfo es de alguien que habitualmente no suele salir en los "papeles", la alegría es mayor. Ese es el caso del Campeonato de Europa conseguido este domingo por la Universidad de Valladolid en tierras malagueñas.

Pero es que, además, el conjunto que dirige Chema Rodríguez es un equipo que, año tras año, hace su trabajo sin hacer ruido ni levantar polvareda y casi siempre con buena nota. El trabajo, la sencillez y la humildad son las señas de identidad de la plantilla del equipo masculino de fútbol sala de la Universidad, a pesar de los cambios de jugadores temporada tras temporada.

Esa misma filosofía aplicó el combinado de la UVa que acudió al Europeo de Antequera. No iban de turismo, como dejó claro su entrenador, pero tampoco entraban en las quinielas de los candidatos al título. "Sólo queríamos competir", explicaba después su entrenador, y para ello no tenían más argumento que la solidaridad colectiva y el trabajo en equipo.

Esa humildad deportiva y capacidad de sacrificio les hizo ir superando partidos, a pesar de la entidad de los rivales o de cuestiones tan adversas como el quedarse sin sus dos porteros en el segundo partido. Ellos son mejores, decía su entrenador antes de la final, pero lo cierto es que los que pudimos ver el último partido vimos con orgullo a un cuadro español al mismo nivel que un conjunto galo plagado de estrellas internacionales.

Por eso me alegro especialmente del éxito de la UVa, que es también el respaldo a la gestión de los responsables de su servicio de deportes. En estos tiempos de crisis, cuando lo fácil es recortar y recortar, la Universidad ha sabido mantener la mayoría de los equipos federados y en las mismas categorías. Dinero bien invertido a tenor de los resultados.